La familia, es hoy por hoy el primer modelo de sociedad para todo ser humano, de manera que cuando el niño nace, se encuentra ya dentro de una estructura donde existen una serie de personas con su manera de ser, de vivir, de actuar y es ese entorno en el cual el ser humano comienza a desarrollarse. De manera que la madre, el padre, los abuelos irán transmitiendo al niño la manera de pensar que tienen. Esta es la razón por la cual las personas nos parecemos mas al padre o la madre según el grado de relación que hayamos tenido con ellos.
Y aquí comienza todo. Cuando el niño nace, la primera relación es con la madre. Podemos decir que la dependencia del niño hacia la figura de la madre es extrema, tanto es así que los niños, cuando nacen, nacen inmaduros. No comienzan a ver hasta el día 21 y su sistema respiratorio no funciona correctamente hasta los 6 meses. La relación que se establece entre el niño y la madre es muy íntima, de hecho podemos comprobar que todos los estado emocionales de la madre, tienen repercusión en el niño. Según como la madre se sienta, así se sentirá el niño. Es una relación tan cercana que cualquier malestar o bienestar de la madre, el niño es capaz de sentirlo.
Lo que es cierto que cuando el niño va creciendo, se va dando cuenta que sin la figura de la madre, el no hubiera podido sobrevivir. Esto acaba generando en muchas personas un sentimiento de deuda, de agradecimiento que hace que todas las persona nos sentimos deudores con nuestras madres.
El algún momento dado, el niño comienza a darse cuenta que tiene un padre. Que es el producto de la unión de su madre con su padre. Frente a este descubrimiento, es cuando se produce el origen de los celos. De hecho, la primera manifestaciones celosas de los niños suelen ser hacia la figura del padre, al que tratan de echar del lado de la madre, metiéndose en la cama con la madre y tratando de ocupar su lugar. También es frecuente ver que muchos niños durante la infancia se vuelven agresivos hacia la figura materna. De hecho, muchas personas de mayores, se llevan mal con la madre y no saben exactamente por qué. La causa, tiene que ver con los celos que se les despertó cuando se dieron cuenta que la madre estaba casada con el padre. ¿ Qué ocurre.? Pues que los niños tienen una marcada tendencia egoísta, de manera que suelen sentirse en posesión de su madre como si les perteneciera, de manera que cuando descubren que ella mantiene algún tipo de relación con el padre, justo ahí, se les despierta los celos y la agresividad. Podemos decir que los celos del adulto son una variante de los celos infantiles y que la agresividad no justificada hacia el padre o la madre durante la edad adulta, no deja de ser más que una manifestación de dichos celos infantiles que no ha logrado ser superados. ¿ Cómo resuelve normalmente un niño esta situación.? Pues identificándose a uno de los dos progenitores. Normalmente los niños se quieren parecen al padre y las niñas a la madre. Y de aquí la circunstancia que una vez adulto, el niño identificado al padre, buscará una mujer que se parezca a su madre y la niña identificada a la madre, buscará un hombre parecido a su padre.
Podemos decir que muchas personas tienen un apego tan importante a las figura de los padres- los tienen muy idealizados- que luego no logran encontrar nada mejor que ellos. Cuando una mujer no logra encontrar un hombre que la llene o un hombre nunca encuentra una mujer que le convenza, podemos decir que el problema radica en que estas personas, cada vez que conocen a alguien, inconscientemente los comparan con la figura de los padre y si el padre o la madre están muy idealizados difícilmente podrá gustarles otra persona, porque para el o ella, los padres siempre serán mejores.
Existe el caso contrario. Hombre y mujeres que no se llevaron bien con sus padres y buscan un modelo de pareja totalmente distinto a la figura de sus padres. Lo que si podemos certificar es que las personas eligen pareja siempre en relación a los fantasmas afectivos familiares. Y que todos los problemas de pareja guardan una relación íntima e inconsciente con la relación que de pequeño se tuvo con los mismos.
A veces observamos que cuando una pareja se separa, ambos o algunos de ellos acaban volviendo a casa de los padres. Aquí podemos decir que son personas que no han podido separarse de los mismos y que tras intentarlo, han acabado volviendo al redil familiar.
Algunas mujeres que nunca se llevaron bien con la madre, acaban manteniendo con su pareja la mala relación que tenía con la madre. Podemos decir que están continuamente reprochándoles que no les dan suficiente atención, amor, cariño. Es lo mismo que en su infancia, recriminaban a su propia madre.
Otra cuestión compleja, es acercarnos al perfil del hombre maltratador. Los estudios se ha dado cuenta que el 90 % de los maltratados tenía una relación muy fuerte con la figura de la madre. A veces, dicha relación era muy tormentosa y a veces muy amorosa. Lo que es cierto es que la figura de la madre es muy importante para ellos. Podemos decir que si maltratan a la mujer siempre suele ser por una cuestión de celos. Una veces consciente y otras veces inconsciente. De hecho, cuando un hombre se ha llevado muy mal con su madre, por norma general, suele llevarse mal con las mujeres y todo el rencor que sentía hacia la madre, ahora lo descarga hacia la figura de la mujer. De hecho los hombres violentos, suelen ser muy posesivos y creen que la mujer les pertenece. De pequeños, fueron muy posesivos con la madre y también creían que les pertenecía. Por eso cuando la madre tiene otro hijo o descubren que el padre es el marido de la madre, sufren tal decepción que nunca jamás se lo personan a ella y esa especie de rabia o de odio, luego lo descargan con su mujer.
Los celos dentro de la pareja suelen ser de varios tipos: normales, proyectados y paranoicos. Los celos normales tienen que ver con el sentimiento de haber perdido a la otra persona frente a un rival al que consideramos mejor. Este hecho provoca tristeza y nos hace sentir culpa, responsabilizándonos de dicha pérdida. El sentimiento que se suelen despertar hacia la persona querida es de rabia, pudiendo ser transformados los celos en un afán de venganza.
Los celos proyectados tienen que ver cuando la persona no reconoce que es ella la que desearía ser infiel a su pareja pero como no se atreve a confesárselo a sí misma, prefiere proyectar sus deseos sobre la otra persona. Es el típico hombre que le gustaría se infiel a su mujer pero que no se atreve y como le da culpa, lo proyecta sobre su mujer y le acusa a ella de estar siéndole infiel cuando es él, quien verdaderamente deseaía serlo. Son los celos mas frecuentes y a la vez los celos menos comprendidos. Cuando un hombre o una mujer se obsesionan con que su pareja les está siendo infiel, debemos de pensar que en el fondo, son ellos mismos lo que quisieren cometer infidelidad pero su moral no se lo permite y a la vez, les hace sentir culpables.
Otro problema que tienen muchas madres es el afán de posesión sobre sus hijos. Tal es así que acaban anulando a la figura del padre. Podemos decir que para estos hijos, es como si el padre no existiera. El problema que esto origina es la enorme dependencia afectiva que se produce entre el niño y la madre. Lazo que luego de adulto cuesta mucho romper. El problema es que cuando la figura del padre es débil o poco presente, esto produce un efecto negativo en el desarrollo emocional del niño. Este exceso de madre y carencia de madre puede hacer que de mayor, el niño trate de buscar aquello que le faltó de pequeño: la figura paterna.
Todos los problemas afectivos de los adultos tienen que ver con excesos y con carencia afectivas que acontecieron durante la infancia. Cuando hay mucho cariño, luego es difícil de encontrar en el mundo un cariño similar al de los padres y esto le pasa a muchas personas adultas que siempre están o se sienten insatisfechas con el cariño de su pareja o todo lo que el otro hace siempre les parece insuficiente. Esto ocurre porque inconscientemente lo están comparando con el cariño de los padre y claro, frente a los mismos, cualquier comparación se queda pequeña.
Por norma general las personas que no fueron muy queridas durante su infancia suelen ser luego mas felices cuando encuentran a alguien que les quiera, porque descubren algo que no tenía. Pero también los hay que al no sentirse queridos de pequeños se quedan para siempre insatisfechos, de manera que nada ni nadie les puede dar ese amor que los padres no le dieron cuando eran pequeños y sufren constantemente.
martes, 24 de febrero de 2009
sábado, 21 de febrero de 2009
UN ACERCAMIENTO AL PSICOANALISIS
Para comenzar, diremos que desde tiempo inmemorables, ya se sabía el efecto beneficioso que la figura del chaman o del médico producía sobre el enfermo. Sus rituales, sus gestos, sus palabras y sus pócimas producía ya de por sí una gran mejoría. Es decir, el paciente, como mínimo tenía que tener fe en curarse. Las enfermedades mentales han sido mal comprendidas a lo largo de la historia, porque no se lograba entender los síntomas que aquejaban a una persona. Se decía que la persona había sido invadida por un espíritu, una fuerza mayor, un mal de ojo, y era sometido para liberarlo, a medios terapéuticos desde los más cruentos y salvajes hasta los más exóticos e imaginarios. El psicoanálisis aparece como una corriente científica en un momento donde se observa que existe una estructura psíquica que es la que origina la llamada enfermedad o síntoma. Freud se da cuenta que una persona sana de una enferma no se diferencia apenas en nada, sino en el modo que cada una tiene de relacionarse con la parte inconsciente de la personalidad. Y según el modo de hablar, muestra la manera de relacionarse consigo mismo. Con los primeros enfermos se va dando cuenta que en la parte inconsciente, radica absolutamente el misterio de la vida anímica. Vida anímica que guarda relación con la conciencia, la cual a veces entra en conflicto con la parte inconsciente de la personalidad. El psicoanálisis nos muestra que los verdaderos conflictos, siempre son conflictos con fuerzas morales entre nuestra conciencia y nuestro inconsciente, frente al cual, la persona lucha: envidias a muerte entre hermanos desde la infancia y que siguen en la vida adulta, deseos sexuales que atormentan, ideas criminales, fantasías compulsivas, odio enquistado, masoquismo placentero, sadismo contenido… etc… El ser humano es un catálogo completo de sentimientos, afectos y deseos. Mientras no se los conozcan, no hay manera de entenderlo, por lo tanto, si se sigue negando que la personalidad tiene una parte consciente y otra inconsciente, nunca se sabrá el verdadero origen de los problemas. |
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martes, 17 de febrero de 2009
EL BLINDAJE EMOCIONAL
No podemos negar la existencia del inconsciente. Todas las personas, se dan cuenta que hay una parte de uno mismo, que rige la conciencia y hasta el autocontrol. Los sueños proceden de la parte inconsciente de la personalidad y muchos de los pensamientos y/o sentimientos que durante el día nos aparecen en la conciencia, tienen que ver con esta parte desconocida que es el inconsciente. También lo podemos definir como un reservorio o almacén de recuerdos, experiencias y deseos pero vivo, en continua actividad, similar a un corazón psíquico, pero del alma, encargado de darnos la vida, las ganas de vivir pero también, a veces, las ganas de morir. Si atendemos a nuestros sentimientos, nos damos cuenta que a veces, son nuestros propios procesos internos los que nos perturban la vida, las relaciones personales, laborales, familiares etc.. y a su vez, los sucesos que provienen de la realidad también pueden llegar a enfermar o perturbar el estado anímico. Es decir, el hombre, está en continua defensa frente a su realidad interior y frente a su realidad externa. Podemos decir que puede llegar a sufrir por todos los lados y de ahí viene la enfermedad mental o perturbación del estado anímico responsable de la angustia, la ansiedad, la depresión, la apatía, la tristeza, el delirio, la vergüenza, los celos, la envidia, el amor, el odio, el narcisismo exagerado etc… ¿ qué es un blindaje emocional ? Blindar es reforzar lo que se supone débil y dentro de la personalidad, hay aspectos de uno mismo más débil que otros y es por esta debilidad por donde el sujeto pierde su energía vital. El blindaje emocional, es una técnica psicoanalítica que consiste en reforzar justo esa parte de la persona por donde se debilita. Esto le permite ser mas fuerte frente a las adversidades exteriores e interiores, de manera que la persona puede afrontar sus dificultades sin el sufrimiento y pérdida de energía que conlleva dicha debilidad. |
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sábado, 14 de febrero de 2009
UN CAMINO A LA FELICIDAD
Lo que en el sentido más estricto se llama felicidad, surge de la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión y de acuerdo con esta índole sólo puede darse como fenómeno episódico. Toda persistencia de una situación anhelada por la persona, su satisfacción sólo proporciona una sensación de tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero solo en muy escasa medida lo estable. Así nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución. En cambio nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia. El sufrimiento nos amenaza por tres lados:
o Desde el propio cuerpo condenado a la decadencia y a la aniquilación, que no puede prescindir de los signos que representan el dolor y la angustia.
o Del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables.
o De las relaciones con otros seres humanos. El sufrimiento que emana de esta fuente quizás sea el más doloroso que cualquier otro.
o La satisfacción ilimitada de todas las necesidades, se nos impone como norma de conducta mas tentadora pero significa preferir el placer a la prudencia y a poco de practicarla se hacen sentir sus consecuencias.
o El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
o En ciertas sustancias aún llevan la culpa de que se disipen estérilmente cuantiosas magnitudes de energía que podrían ser aplicadas para mejorar la suerte de la persona. ( .... )
Cuando falta una vocación especial que imponga una orientación imperativa a los intereses vitales, el trabajo puede desempeñar esta función. Es imposible considerar adecuadamente en una exposición concisa la importancia del trabajo en la vida de las personas. Ninguna otra técnica de orientación vital liga al individuo tan fuertemente a la realidad como la acentuación del trabajo que por lo menos lo incorpora sólidamente a una parte de la realidad, a la comunidad humana. La posibilidad de desplazar al trabajo y a las relaciones humanas con él vinculadas una parte muy considerable de los componentes narcisistas, agresivos y aún eróticos de la energía psíquica, confiere a aquellas actividades un valor que nada cede en importancia al que tienen como condiciones imprescindibles para mantener y justificar la existencia social.
La actividad profesional ofrece particular satisfacción cuando ha sido libremente elegida, es decir, cuando permite utilizar, mediante la sublimación, inclinaciones preexistentes y tendencias instintuales evolucionadas o constitucionalmente reforzadas. No obstante el trabajo es menospreciado por el hombre como camino a la felicidad. No se precipita a él como a otras fuentes de goce. La inmensa mayoría de los seres solo trabajan bajo el imperio de la necesidad y de esta natural aversión humana al trabajo se derivan los más dificultosos problemas sociales.
La felicidad considerada en el sentido limitado, cuya realización parece posible, es meramente un problema de la manera de pensar de cada individuo. Ninguna regla al respecto vale para todos. Cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste. Por fin, también de la fuerza que se atribuya a sí mismo para modificarlo según sus deseos. Ya aquí desempeña un papel determinante la constitución psíquica del individuo, a parte de las circunstancias exteriores. El ser humano predominantemente erótico antepondrá los vínculos afectivos que lo ligan a otras personas; el narcisista, inclinado a bastarse a sí mismo, buscará las satisfacciones esenciales en sus procesos psíquicos íntimos; el hombre de acción nunca abandonará un mundo exterior en el que pueda medir sus fuerzas.
La sabiduría nos aconseja no hacer depender toda nuestra satisfacción y felicidad de una única cosa o persona, pues su éxito jamás es seguro; depende del concurso de muchos factores y quizás de ninguno tanto como de la facultad del aparato psíquico para adaptar sus funciones al mundo y para sacar provecho de éste en la realización del placer. ( .... )
Sigmund Freud.
o Desde el propio cuerpo condenado a la decadencia y a la aniquilación, que no puede prescindir de los signos que representan el dolor y la angustia.
o Del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables.
o De las relaciones con otros seres humanos. El sufrimiento que emana de esta fuente quizás sea el más doloroso que cualquier otro.
o La satisfacción ilimitada de todas las necesidades, se nos impone como norma de conducta mas tentadora pero significa preferir el placer a la prudencia y a poco de practicarla se hacen sentir sus consecuencias.
o El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
o En ciertas sustancias aún llevan la culpa de que se disipen estérilmente cuantiosas magnitudes de energía que podrían ser aplicadas para mejorar la suerte de la persona. ( .... )
Cuando falta una vocación especial que imponga una orientación imperativa a los intereses vitales, el trabajo puede desempeñar esta función. Es imposible considerar adecuadamente en una exposición concisa la importancia del trabajo en la vida de las personas. Ninguna otra técnica de orientación vital liga al individuo tan fuertemente a la realidad como la acentuación del trabajo que por lo menos lo incorpora sólidamente a una parte de la realidad, a la comunidad humana. La posibilidad de desplazar al trabajo y a las relaciones humanas con él vinculadas una parte muy considerable de los componentes narcisistas, agresivos y aún eróticos de la energía psíquica, confiere a aquellas actividades un valor que nada cede en importancia al que tienen como condiciones imprescindibles para mantener y justificar la existencia social.
La actividad profesional ofrece particular satisfacción cuando ha sido libremente elegida, es decir, cuando permite utilizar, mediante la sublimación, inclinaciones preexistentes y tendencias instintuales evolucionadas o constitucionalmente reforzadas. No obstante el trabajo es menospreciado por el hombre como camino a la felicidad. No se precipita a él como a otras fuentes de goce. La inmensa mayoría de los seres solo trabajan bajo el imperio de la necesidad y de esta natural aversión humana al trabajo se derivan los más dificultosos problemas sociales.
La felicidad considerada en el sentido limitado, cuya realización parece posible, es meramente un problema de la manera de pensar de cada individuo. Ninguna regla al respecto vale para todos. Cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste. Por fin, también de la fuerza que se atribuya a sí mismo para modificarlo según sus deseos. Ya aquí desempeña un papel determinante la constitución psíquica del individuo, a parte de las circunstancias exteriores. El ser humano predominantemente erótico antepondrá los vínculos afectivos que lo ligan a otras personas; el narcisista, inclinado a bastarse a sí mismo, buscará las satisfacciones esenciales en sus procesos psíquicos íntimos; el hombre de acción nunca abandonará un mundo exterior en el que pueda medir sus fuerzas.
La sabiduría nos aconseja no hacer depender toda nuestra satisfacción y felicidad de una única cosa o persona, pues su éxito jamás es seguro; depende del concurso de muchos factores y quizás de ninguno tanto como de la facultad del aparato psíquico para adaptar sus funciones al mundo y para sacar provecho de éste en la realización del placer. ( .... )
Sigmund Freud.
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martes, 10 de febrero de 2009
La depresion y sus mil caras
En el último Congreso sobre la Depresión, celebrado en Madrid, se llegó a definir la depresión como la enfermedad de las mil caras, es decir, que detrás de cualquier afectación orgánica o psicológica, puede estar desarrollándose una depresión.
Cuando la depresión aflora, no es cuando se produce, es decir, ha habido un proceso previo entre 5 y 10 años de base, donde el germen de la depresión se ha ido desarrollando hasta adquirir su carácter de depresión propiamente dicho.
Vamos a distinguir lo que es la tristeza por la pérdida de un ser querido y la depresión propiamente dicha. Ambas se parecen pero la diferencia entre una tristeza y una depresión es una cuestión de cantidad. Cuando la tristeza pasado un cierto tiempo, continua, acaba convirtiéndose en depresión.
Un duelo, es una reacción normal de tristeza a la pérdida de un ser amado, una pareja, un trabajo de mucho tiempo. No se debe medicar a una persona que se haya bajo un duelo, porque con toda seguridad acabará desapareciendo e incluso, perturbarlo puede ser contraproducente. Existen casos de personas que las muerte les arrebató un ser querido y fueron medicadas para no sentir el dolor tan grande que sentían en ese momento. Algunas de estas personas, al cabo de los 5 e incluso 10 años, les acabó surgiendo el dolor que en su momento no llegaron a sentir como tenían que haberlo sentido.
En la depresión, el estado de ánimo es profundamente doloroso, cesa el interés por el mundo exterior, la capacidad de amar se pierde, la persona pierde todas sus funciones y lo que antes hacía ahora no puede hacerlo. Suelen tener una disminución del amor propio. Suele ser normal que la persona deprimida se reproche a sí misma y se haga acusaciones hacia sí, incluso puede llegar a esperar a que reciba un castigo.
En el duelo intenso como reacción a la pérdida de un ser amado, aparece el mismo estado de ánimo doloroso, cesa el interés por el mundo y los que le rodean. No pueden volver a enamorarse de otra persona, lo que equivaldría a sustituir al desaparecido y suele haber un apartarse de toda actividad no conectada con la memoria del ser querido. Se trata de recordarle continuamente. Es decir, la persona, no tiene interés para otra cosa que no sea para recordar a la persona perdida.
En la depresión, es normal que la persona se haga un autoreproche: que es el sentirse responsable de no haber hecho lo suficiente o que pudiendo haber hecho, no se hizo. Esto hace que la persona se culpe y esta culpa hace que la persona se sienta peor, lo cual la puede llevar a frases tales como: me merezco esto, ha sido por mi culpa y ahora estoy pagando por no haberme comportado mejor etc… Es decir, es normal encontrar en la persona depresiva un sentimiento de desprecio por sí misma porque de alguna manera consciente o inconsciente, en algo se siente responsable de la pérdida de la persona querida.
Todas las personas, experimentamos reacciones afectivas contradictorias. Es decir, las personas se quieren, se pelean, se aman, se odian, se reconcilian etc… Podemos ver que entre los hermanos, padre e hijos, marido y mujer, existen todo tipo de sentimientos. Cuando se pierde a un hijo, a un hermano, a un padre, una madre etc… es normal que nos vengan a la memoria los ratos buenos que vivimos con ellos pero también es normal que recordemos los momentos de pelea, donde el rencor no nos dejó reconciliarnos, o mantuvimos mucho tiempo sin hablar a un ser querido… es decir, todos esos sentimientos contradictorios son lo que producen malestar cuando aparece la depresión.
Si nos preguntamos cual es la causa que origina una depresión, tiene que ver con haber descubierto que las personas queridas desaparecen y no vuelven. Todo esto nos hace pensar el sentido de la vida y de nuestra propia vida. Podemos decir que la persona deprimida se ha dado cuenta que la vida tiene un fin, que las cosas acaban y de alguna manera, es como que abandonara. Es como si dijera: “para qué voy a luchar o par qué quiero vivir, si la vida se acaba. “. En todo esto hay una verdad pero también hay una derrota porque la vida solo tiene el sentido de vivirla. Muchas personas que las circunstancias de su vida le ha hecho tener más dolor que felicidad, suelen tener el ánimo deprimido porque no encuentran felicidad a su vida o los ratos felices fueron cortos y breves.
Abandonarse o tirar la toalla, es una salida rápida pero no es lo mejor, porque morirse es fácil pero vivir 70, 80, 90 años requiere un esfuerzo día a día y algunas veces uno se cansa. Es cierto que cuando la vida tiene complicaciones, la persona se cansa de luchar. En estos momentos es cuando puede comenzar a desarrollarse una depresión.
Los primeros síntomas suelen ser desánimo y falta de interés por cosas que antes gustaban. Se van abandonando a los amigos, se va dejando de salir de casa, comienza a gustar más la soledad que la compañía y la persona comienza a abandonarse, a no arreglarse, a no tener interés en ella misma y al final, le acaba dando igual incluso su matrimonio o sus hijos. Lo que es cierto que cuando uno nota los primeros síntomas, debería ponerse en alerta y sospechar que está entrando en depresión. Lo que ocurre es que una depresión es una enfermedad muy silenciosa porque va entrando poco a poco en la vida de la persona y cuando se quiere dar cuenta, ya ha invadido la vida de la misma.
La depresión tiene una particularidad y es que afecta al organismo, al cuerpo. Cuando una persona está deprimida, el sistema inmunológico o de defensa disminuye y es más fácil contraer enfermedades porque el cuerpo también se halla deprimido.
Actualmente muchos oncólogos coinciden en que muchos cánceres que aparecen en ciertas personas guarda relación con haber tenido un episodio de depresión anteriormente. Suelen ser estos enfermos de cáncer que no quieren luchar por salir y que ya les da igual vivir que morir. Podemos decir, que estas personas se hallaban previamente deprimidas y el cáncer guarda relación con su depresión.
Ciertos dolores en el cuerpo, infecciones recurrentes, algunas alergias, enfermedades pulmonares, trastornos digestivos y circulatorios, tiene que ver con que la persona está incubando una depresión y el primer afectado es su propio cuerpo. De manera que la persona se siente mal, los médicos ven que no tiene nada o que son síntomas que aparecen y desaparecen pero que nunca se logra hallar un diagnóstico claro de lo que le pasa a esa persona. Podemos sospechar que detrás de todos esos síntomas se está desarrollando una depresión.
Actualmente, las depresiones, se están tratando con antidepresivos. Pero el antidepresivo en muchas personas, no cura la depresión. Algunas personas logran curar la depresión con medicamentos pero una gran mayoría no les hace efecto y por mucho que cambien de fármacos, la persona sigue sintiéndose mal. Esto es debido a que la persona necesita otro tipo de tratamiento.
Actualmente, el tratamiento más efectivo para curar una depresión es la terapia psicoanalítica. El psicoanálisis cura la depresión haciendo que la persona vuelva a tener ganas de vivir y de ilusionarse con las cosas. Realmente si una persona depresiva no logra vencer su falta de ganas por vivir, por muchos medicamentos que tome, no va a lograr salir del pozo donde se halla sumergida. Sin embargo, el psicoanálisis hace entender a la persona el sentido de la vida y que si una persona pierde a alguien querido, no debe olvidarse de lo que quedan vivos a su alrededor. Esto suele ser muy normal que cuando se pierde a alguien querido, que se olvide a los que quedan alrededor.
Por eso el psicoanálisis ayuda a reconciliarse con la pérdida y enseña a volver a recuperar la ilusión por vivir que es lo que se pierde cuando uno entró en depresión.
Cuando la depresión aflora, no es cuando se produce, es decir, ha habido un proceso previo entre 5 y 10 años de base, donde el germen de la depresión se ha ido desarrollando hasta adquirir su carácter de depresión propiamente dicho.
Vamos a distinguir lo que es la tristeza por la pérdida de un ser querido y la depresión propiamente dicha. Ambas se parecen pero la diferencia entre una tristeza y una depresión es una cuestión de cantidad. Cuando la tristeza pasado un cierto tiempo, continua, acaba convirtiéndose en depresión.
Un duelo, es una reacción normal de tristeza a la pérdida de un ser amado, una pareja, un trabajo de mucho tiempo. No se debe medicar a una persona que se haya bajo un duelo, porque con toda seguridad acabará desapareciendo e incluso, perturbarlo puede ser contraproducente. Existen casos de personas que las muerte les arrebató un ser querido y fueron medicadas para no sentir el dolor tan grande que sentían en ese momento. Algunas de estas personas, al cabo de los 5 e incluso 10 años, les acabó surgiendo el dolor que en su momento no llegaron a sentir como tenían que haberlo sentido.
En la depresión, el estado de ánimo es profundamente doloroso, cesa el interés por el mundo exterior, la capacidad de amar se pierde, la persona pierde todas sus funciones y lo que antes hacía ahora no puede hacerlo. Suelen tener una disminución del amor propio. Suele ser normal que la persona deprimida se reproche a sí misma y se haga acusaciones hacia sí, incluso puede llegar a esperar a que reciba un castigo.
En el duelo intenso como reacción a la pérdida de un ser amado, aparece el mismo estado de ánimo doloroso, cesa el interés por el mundo y los que le rodean. No pueden volver a enamorarse de otra persona, lo que equivaldría a sustituir al desaparecido y suele haber un apartarse de toda actividad no conectada con la memoria del ser querido. Se trata de recordarle continuamente. Es decir, la persona, no tiene interés para otra cosa que no sea para recordar a la persona perdida.
En la depresión, es normal que la persona se haga un autoreproche: que es el sentirse responsable de no haber hecho lo suficiente o que pudiendo haber hecho, no se hizo. Esto hace que la persona se culpe y esta culpa hace que la persona se sienta peor, lo cual la puede llevar a frases tales como: me merezco esto, ha sido por mi culpa y ahora estoy pagando por no haberme comportado mejor etc… Es decir, es normal encontrar en la persona depresiva un sentimiento de desprecio por sí misma porque de alguna manera consciente o inconsciente, en algo se siente responsable de la pérdida de la persona querida.
Todas las personas, experimentamos reacciones afectivas contradictorias. Es decir, las personas se quieren, se pelean, se aman, se odian, se reconcilian etc… Podemos ver que entre los hermanos, padre e hijos, marido y mujer, existen todo tipo de sentimientos. Cuando se pierde a un hijo, a un hermano, a un padre, una madre etc… es normal que nos vengan a la memoria los ratos buenos que vivimos con ellos pero también es normal que recordemos los momentos de pelea, donde el rencor no nos dejó reconciliarnos, o mantuvimos mucho tiempo sin hablar a un ser querido… es decir, todos esos sentimientos contradictorios son lo que producen malestar cuando aparece la depresión.
Si nos preguntamos cual es la causa que origina una depresión, tiene que ver con haber descubierto que las personas queridas desaparecen y no vuelven. Todo esto nos hace pensar el sentido de la vida y de nuestra propia vida. Podemos decir que la persona deprimida se ha dado cuenta que la vida tiene un fin, que las cosas acaban y de alguna manera, es como que abandonara. Es como si dijera: “para qué voy a luchar o par qué quiero vivir, si la vida se acaba. “. En todo esto hay una verdad pero también hay una derrota porque la vida solo tiene el sentido de vivirla. Muchas personas que las circunstancias de su vida le ha hecho tener más dolor que felicidad, suelen tener el ánimo deprimido porque no encuentran felicidad a su vida o los ratos felices fueron cortos y breves.
Abandonarse o tirar la toalla, es una salida rápida pero no es lo mejor, porque morirse es fácil pero vivir 70, 80, 90 años requiere un esfuerzo día a día y algunas veces uno se cansa. Es cierto que cuando la vida tiene complicaciones, la persona se cansa de luchar. En estos momentos es cuando puede comenzar a desarrollarse una depresión.
Los primeros síntomas suelen ser desánimo y falta de interés por cosas que antes gustaban. Se van abandonando a los amigos, se va dejando de salir de casa, comienza a gustar más la soledad que la compañía y la persona comienza a abandonarse, a no arreglarse, a no tener interés en ella misma y al final, le acaba dando igual incluso su matrimonio o sus hijos. Lo que es cierto que cuando uno nota los primeros síntomas, debería ponerse en alerta y sospechar que está entrando en depresión. Lo que ocurre es que una depresión es una enfermedad muy silenciosa porque va entrando poco a poco en la vida de la persona y cuando se quiere dar cuenta, ya ha invadido la vida de la misma.
La depresión tiene una particularidad y es que afecta al organismo, al cuerpo. Cuando una persona está deprimida, el sistema inmunológico o de defensa disminuye y es más fácil contraer enfermedades porque el cuerpo también se halla deprimido.
Actualmente muchos oncólogos coinciden en que muchos cánceres que aparecen en ciertas personas guarda relación con haber tenido un episodio de depresión anteriormente. Suelen ser estos enfermos de cáncer que no quieren luchar por salir y que ya les da igual vivir que morir. Podemos decir, que estas personas se hallaban previamente deprimidas y el cáncer guarda relación con su depresión.
Ciertos dolores en el cuerpo, infecciones recurrentes, algunas alergias, enfermedades pulmonares, trastornos digestivos y circulatorios, tiene que ver con que la persona está incubando una depresión y el primer afectado es su propio cuerpo. De manera que la persona se siente mal, los médicos ven que no tiene nada o que son síntomas que aparecen y desaparecen pero que nunca se logra hallar un diagnóstico claro de lo que le pasa a esa persona. Podemos sospechar que detrás de todos esos síntomas se está desarrollando una depresión.
Actualmente, las depresiones, se están tratando con antidepresivos. Pero el antidepresivo en muchas personas, no cura la depresión. Algunas personas logran curar la depresión con medicamentos pero una gran mayoría no les hace efecto y por mucho que cambien de fármacos, la persona sigue sintiéndose mal. Esto es debido a que la persona necesita otro tipo de tratamiento.
Actualmente, el tratamiento más efectivo para curar una depresión es la terapia psicoanalítica. El psicoanálisis cura la depresión haciendo que la persona vuelva a tener ganas de vivir y de ilusionarse con las cosas. Realmente si una persona depresiva no logra vencer su falta de ganas por vivir, por muchos medicamentos que tome, no va a lograr salir del pozo donde se halla sumergida. Sin embargo, el psicoanálisis hace entender a la persona el sentido de la vida y que si una persona pierde a alguien querido, no debe olvidarse de lo que quedan vivos a su alrededor. Esto suele ser muy normal que cuando se pierde a alguien querido, que se olvide a los que quedan alrededor.
Por eso el psicoanálisis ayuda a reconciliarse con la pérdida y enseña a volver a recuperar la ilusión por vivir que es lo que se pierde cuando uno entró en depresión.
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