domingo, 7 de septiembre de 2014

¿QUÉ TIENE QUE VER EL PADRE EN LOS SÍNTOMAS OBSESIVOS?

Las bases sobre las cuales se fundamenta la neurosis obsesiva-toc- están establecidas sobre la importancia del nombre del padre, también llamado complejo paterno o metáfora paterna y la relación del toquiano con su deseo. Al comienzo de las investigaciones y ante los relatos de los pacientes, se pensó que había existido un trauma sexual realmente acontecido, al cual el paciente de alguna manera se había quedado fijado por la excitación sexual que conllevó dicha percepción de la sexualidad. Según se avanzó en los estudios de la neurosis obsesiva, la escena sexual que pudo ser vista o fantaseada, es la escena de la copulación de los padres.  La confusión entre el goce y la violencia del coito de los padres es una percepción de la sexualidad que produce una excitación del orden del reproche en el obsesivo. Nos dice Freud ya en 1986 que la representaciones obsesiva (ideas, imágenes, pensamientos) son reproches transformados, resultado de una transación entre las ideas reprimidas y las ideas represoras que retornan y se refieren a actos sexuales ejecutados con placer en la niñez, pero esto,  aunque forma parte de los elementos que integra, no da cuenta de que los recuerdos reactivos y los autoreproches de ellos derivados sean inconscientes, en tanto lo que se hace consciente como ideas o afectos obsesivos son resultado de una transación entre las ideas reprimidas y las ideas represoras. Es por eso, que preferimos hablar de pensamientos obsesivos. En cuanto a la defensa secundaria que el sujeto se desarrolla contra la representaciones obsesivas que han penetrado en su conciencia, surgen productos que denominamos como “delirios”. Lo importante entonces es que las ideas obsesivas al igual que los sueños, han sufrido una deformación.
Denominamos “deformación elíptica” a la deformación más característica y propia del pensamiento obsesivo.

Ejemplos: “Si me caso con la mujer a la que amo, le sucederá a mi padre una desgracia.” “ si haces una vez más el coito o te masturbas le sucederá algo a tu hermano pequeño ( morirá)”.  Este tipo de deformación suele ir acompañado de la duda desplazada. En un ejemplo, donde una mujer acompañada de su marido entra en una tienda de compras mientras que su marido decide ir a una tienda de anticuarios. La mujer, compró entre otras cosas, un peine y mientras esperaba a su marido, demasiado tiempo para ella, le asaltó la idea obsesiva de que ese peine lo tenía desde siempre. En realidad ella quería decir, si he de creer que no has estado mas que en la tienda del anticuario, también puedo pensar que poseo hace ya muchos años este peine que acabo de comprar. Es decir, se trata de la ironía del obsesivo, pero la duda de la mujer dependía de sus celos inconscientes. (continuará)

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