Los síntomas para el psicoanálisis representan una sustitución de
procesos psíquicos que no ha podido llegar a la conciencia, o sea, son una transformación,
conversión de tales procesos. Una sesión de psicoanálisis transcurre como un
diálogo entre dos personas, donde la
persona que va a ser psicoanalizada, debe de decir todas la ocurrencias que le
vengan a su mente mientras conversan. Aquellos pensamientos espontáneos que
ocurren sin tener conciencia de ellos, abren el trayecto de un proceso mental
determinado hacia la raíz de los problemas. Por ejemplo, cuando la persona dice
haber olvidado algo o no recordar, el psicoanálisis deduce que las amnesias son
el resultado de un proceso al que se llama represión y es motivado por las
sensaciones displacientes que dicho recuerdo produce en la persona. en la
resistencia que el paciente opone al recuerdo, el psicoanalista puede
reconstruir las fuerzas psíquicas que producen dicha represión. En las
ocurrencias espontáneas, podemos ver ramificaciones de las ideas o impulsos
reprimidos e incluso las deformaciones impuestas a los mismos por la
resistencia inconsciente que se opone a reproducirlos o recordarlos. Cuanto más
fuerte es la resistencia, mayor es la deformación de lo que surge en la
conciencia.
Freud decía que si poseyéramos un procedimiento para llegar a lo
reprimido partiendo de las ocurrencias y deducir de las deformaciones que el
paciente cuenta y no entiende, lo deformado, haríamos consciente el sentido de
los síntomas, pensamientos, miedos, etc del paciente. El psicoanálisis fundó en
estas bases el arte de la interpretación al que corresponde la función de
extraer del mineral representado por las ocurrencias involuntarias el metal de
las ideas reprimidas en ellas contenidas. Objeto de esta interpretación no son
sólo las ocurrencias del paciente, sino también sus sueños, los cuales
facilitan un acceso directo al conocimiento de lo inconsciente, sus actos
casuales, los errores de su vida cotidiana, lapsus, etc… es decir, entre lo que
al paciente le pasa, lo que cuenta, lo que vive, hay una conexión con una causa
inconsciente productora de todo aquello que le sucede. Encontrar dicha conexión
es la tarea del psicoanálisis pero siempre hallaremos una causa o varias
inconscientes que dan sentido a lo que a la persona le sucede. Actualmente no
hay ninguna otra técnica que pueda acceder a los contenidos inconscientes que
no sea la técnica psicoanalítica. Ni la psicología, ni la psiquiatría pueden
acceder a dicho material porque carecen de los instrumentos necesarios para
dicho acceso. De ahí que la psiquiatría sea meramente descriptiva sin dar
explicaciones a los orígenes de los síntomas. La psicología cognitivo
conductual tampoco logra explicar el motivo o causa por la cual se ha producido
un síntoma y no otro.
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