La culpa que padece el paciente con toc
siempre es una respuesta a la aparición en su conciencia de deseos infantiles
que se hallaban reprimidos y que ahora se manifiestan en su conciencia.
El deseo de matar al padre o a los
hermanos es un disfraz que encubre los celos que sintió hacia el padre por ser
la pareja de la madre y hacia los hermanos por que tuvo que compartir el amor
de la madre con ellos.
Por eso que la imagen o la idea de
asesinarlos, encubre el deseo de ser exclusivo para la madre, algo que todo
niño ha deseado alguna vez.
Es muy frecuente asociar el temor
homosexual como síntoma en el Toc. Con facilidad descubrimos que los pacientes
que sufren toc con temor homosexual, suelen tener hermanas bellas hacia las
cuales en su infancia o adolescencia sintieron inclinaciones amorosas y
sexuales hacia las mismas. O fijaciones amorosas y sexuales hacia la madre en
los hijos únicos que padecen toc, también podemos ver un temor homosexual.
La manera que tendría el toquiano de
defenderse contra este deseo incestuoso o prohibido hacia las hermanas o hacia
la madre sería bajo la formula: tú no deseas a tus hermanas ni a tu madre
porque tú eres homosexual.
Digamos que aunque el toc sea un disfraz,
tras sus síntomas, la culpa que siente es una respuesta emocional porque intuye algo de lo que él mismo se
acusa. Si tiene culpa por sus deseos asesinos es porque sabe que le gustaría
ser único para su madre.
Si tiene culpa por ser homosexual es
porque intuye deseos heterosexuales hacia las mujeres de su familia… Son dos
claros ejemplo de cómo el toc disfraza algo que el mismo toquiano intuye pero
le horroriza aceptar.
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