domingo, 11 de julio de 2010
TERRORES Y MIEDOS INFANTILES
Con frecuencia, los niños comienzan a manifestar miedos y angustias sin que se halle una causa aparente o racional. Todos los miedos y terrores infantiles, tienen su origen en el desarrollo psicoemocional y psicosexual, donde el niño está procesando todos los nuevos conocimientos que va obteniendo de la realidad pero a veces, es mas la información que recibe que lo que puede comprender. El miedo y el terror tiene que ver con la aparición de ciertas fantasías que el niño produce en su mente, producto del desconocimiento o de su inmadurez emocional. La infancia es el lugar adecuado para que el niño comience a establecer una relación adecuada con el padre, con la madre para en un futuro poder separarse y desarrollar su autonomía e independencia. Sin embargo, amparados por un exceso de protección, que el niño sabe usar a su favor, los padres pueden tener ciertas tendencias proteccionistas que no le hacen bien al desarrollo infantil, ya que genera uniones duraderas o ligazones afectivos que afectan al desarrollo del niño. Un niño no está mejor atendido porque se le dedique más horas. Nunca es una cuestión ni de tiempo ni de cantidad, se trata de tener calidad en la educación de los hijos, en prestarles las atenciones necesarias, pero estableciendo límites, pues todos los excesos educativos pueden acabar siendo el eje productor de la neurosis infantil. Cuando el niño comienza a sentir miedo o terror, debe ser revisada la relación con el padre o con la madre, en un primer término. Es muy probable que halla habido algún tipo de interferencia en dicha relación que en algo ha perturbado al niño y nadie se ha dado cuenta. El tratamiento de los niños en edades tempranas, siempre es a través de la figura de los padres. Dando unas indicaciones precisas al padre y a la madre, se logra que el niño entre en un orden de relación con los padres y sus cosas que hace desaparecer todo miedo y toda angustia. Debemos recalcar que cuando un niño comience con algún tipo de neurosis, debe consultarse rápidamente a un especialista ya que en estas etapas del desarrollo infantil es cuando más fácilmente se puede genera un daño psicológico que pueda tener mayores repercusiones en su futuro.
domingo, 27 de junio de 2010
EL DOLOR DE LOS CELOS
Los celos, los podemos considerar como uno de los sentimientos que más dolor y malestar producen a quien lo padecen. Es un sentimiento que lo tienen todas las personas y tiene su fundamento en el sentimiento de propiedad sobre el otro. Los celos se desencadenan ante la pérdida de la persona querida o ante la fantasía de no interesar lo suficiente a esa persona y la posibilidad de ser sustituido por un tercero. Los celos tienen tres variantes, que son los celos normales, los proyectados y los paranoicos. Los normales perturban pero no hasta el punto de producir serias alteraciones en la personalidad. Puede despertarse el sentimiento de venganza según el grado de neurosis asociada a los celos. Las personas dependientes e inseguras, suelen vivir más intensamente los celos y pueden responder con venganza hacia la persona querida o hacia el rival desencadenante de los celos. Los celos proyectados son aquellos donde una persona acusa a la otra de infidelidad, pero realmente, la que acusa es la que desearía ser infiel pero por una cuestión de moralidad, no lo acepta y acusa a la otra persona de algo que le gustaría hacer a ella. Y los celos paranoicos, se dan mayormente en los hombres y tiene que ver con sentimientos homosexuales que el hombre no acepta que tiene hacia otros hombres- objeto de su paranoia- y a los que imagina en relación con su mujer. Realmente es a él a quien le gustaría tener esas relaciones con los hombres pero nunca lo va a aceptar y acusa paranoicamente a la mujer de mantener relaciones con los hombres con quienes a él le gustaría acostarse. Los celos, son tortuosos, dolorosos y alteran mucho el estado de ánimo. La mejor solución para comprender, manejar y controlar el mecanismo de los celos, es el psicoanalisis.
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domingo, 13 de junio de 2010
CUANDO EL PACIENTE NO SE QUIERE CURAR
Para la medicina y el psicoanálisis, la enfermedad o el trastorno mental sigue siendo objeto de estudio, desde el punto de vista de la resistencia que tienen ciertos pacientes a curarse. Con frecuencia, nos encontramos pacientes con depresión, ansiedad, angustia, problemas de pareja, fobia, obsesiones etc., que acuden a consulta y cuando comienzan a mejorar, abandonan el tratamiento bajo la excusa del tiempo o del dinero. En todos estos pacientes, encontramos un nexo en común: anteriormente a acudir a tratamiento, su enfermedad formaba parte de sus vidas e incluso se podía ver que tras la enfermedad mental, había un uso de la misma, con beneficios secundarios. No será la primera vez ni la última, que una madre retira a su hijo del tratamiento ante su mejora por temor a que le retiren la pequeña paga que recibe del Estado. Tras un trastorno depresivo, es fácil encontrar que la persona “ chantajea afectivamente “ a las personas de su alrededor, pues “ gracias a su enfermedad “ ha conseguido una legión de personas que lo sirven, le apoyan, le miman y que si mejora perdería todos estos “ privilegios”. Cierta angustia del ama de casa que aumenta según va llegando la noche, guarda relación con el rechazo sexual que sienten hacia su marido. La angustia es un arma perfecta para evitar las relaciones sexuales, por lo tanto, mientras siga teniendo angustia y ansiedad, evitará todo acercamiento a aquello que rechaza. Es decir, que el psicoanálisis con otras terapias es efectivo con aquellas personas que quieren curarse. El que no quiere curarse por temor a perder los beneficios secundarias de su enfermedad, harán el “ teatro de quererse curar” pero rechazarán la curación antes que perder las ventajas que les proporciona su enfermedad. Como ya dijo Freud: lo más caro en la vida es la tonteria y la enfermedad.
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lunes, 7 de junio de 2010
LA IMPOTENCIA PSIQUICA
Una de las causas más frecuentes de consulta es la llamada impotencia psíquica. La padecen hombres jóvenes y adultos y los síntomas van asociados a una falta de respuesta en o durante la erección que impide la consumación del acto sexual. Estos hombres suelen tener una naturaleza libidinosa normal o intensa y a pesar de tener una excitación sexual reconocida a llevar a cabo el acto sexual, el órgano genital no responde a dicho estímulo psicológico. El primer dato que nos llama la atención en este tipo de casos, es que el hombre reconoce que dicho fallo se produce con una persona determinada, no sucediéndola así con otras. El psicoanálisis viene a descubrir que ciertas características de la mujer producen en el hombre lo que podemos llamar inhibición de la potencia sexual. Suelen comenzar con un primer " fallo casual " que suele sumir al hombre en un estado de angustia ante la idea de que se vuelva a repetir en un segundo intento. Cuando el estado de angustia avanza, puede producir en el hombre un estado de tensión emocional tan grande que le hace ir predispuesto a que vuelva a suceder dicho fallo en la erección. Al final, el estado de angustia, llega a ser más preocupante porque acaba produciendo la disfunción eréctil. Un estudio en profundidad sobre la psiquis del hombre, permite relacionar las causas psíquicas que produce dicha perturbación en su ánimo sexual. El tratamiento para la impotencia psíquica suele durar un par de meses, con una media de dos encuentros semanales de psicoterapia, siempre que los síntomas sean de recién aparición. Si no, este tipo de tratamientos suelen durar entre seis meses y un año, produciendo efectos benéficos duraderos sobre la sexualidad y una mejora en la calidad de las relaciones sexuales.
domingo, 23 de mayo de 2010
¿ ES BUENO RECORDAR ?
Hay recuerdos que pesan como cadenas. Se imponen a la conciencia recurrentemente, invaden el estado anímico y son capaces de perturbar la vida de una persona. Racionalmente sabemos que los recuerdos solo existen cuando se los evoca y que el recuerdo lucha contra el olvido porque de ahí la magnitud de su poder. ¿ por qué tienen tanto poder los recuerdos? ¿ Qué se busca cuando se recuerda? Es evidente que sirven para rememorar o recordar algo vivido o sucedido. Recordar es volver a vivir de manera alucinatoria lo acontecido. Solo se recuerda aquello que impacta, aunque existe una serie de recuerdos llamados encubridores que tras nimiedades ocultan acontecimientos importantes para el sujeto. El Doctor Miguel Oscar Menassa dice que la felicidad guarda relación con poder olvidar los recuerdos, desprenderse de esa parte de la historia de uno mismo que cada cierto tiempo vuelve a la conciencia. Todo aquello que nos hace mirar hacia atrás es una argucia para no fijarnos en lo que viene, en lo que toca, en lo que se debe cambiar. Los recuerdos, al igual que los sueños, pueden llegar a proporcionar un grado de felicidad. De ahí el dicho aquel: cualquier tiempo pasado fue mejor. Todo hace alusión a que en el pasado, todos éramos más jóvenes, vivían otras personas que ahora no viven y el envejecimiento era algo todavía lejano por llegar. Aferrarse a lo recuerdos no deja de ser una excusa para no mirar hacia delante. Alguien dirá que si la vida actual es horrible, mejor recordar. La vida es una vivencia donde cada persona tiene implicación en lo que le pasa. Las parejas las elegimos nosotros, las amistades también. Y las oportunidades, se trabajan, se conquistan. Alguien dirá que la vida no le ha dado oportunidades. Y las oportunidades, se buscan, se conquistan, se trabajan y se luchan. Lo fácil es quedarse anclado en la queja, en el dolor, pero por ahí, la vida se desangra. Cambiar también es una decisión y nunca es tarde para comenzar una nueva vida, un nuevo amor, un nuevo proyecto. Para ello, hay que desprenderse de una parte de nosotros, aquella que se aferra al pasado, a lo que ya no existe, a lo que ya no se tiene pero eso es no vivir.
lunes, 10 de mayo de 2010
ANGUSTIA INFANTIL
La angustia infantil suele acompañar al desarrollo psicoemocional de algunos niños durante alguna fase de su crecimiento. La inquietud, el nerviosismo, la desobediencia, la rebeldía, problemas para comer, la dificultad para dormir, la falta de atención etc son manifestaciones de lo que llamamos angustia infantil. Este sentimiento produce un estado de agitación en el niño. Las causas de la angustia infantil tienen que ver con ciertos momentos del aprendizaje donde la información que el niño recibe es mayor o mas compleja de la que puede procesar y de ahí la aparición de la angustia infantil. Por norma general dicho exceso de información acontece dentro del hogar familiar y la sobre estimulación a la cual someten a sus hijos ciertos padres de manera inconsciente, puede ser la productora de dicha agitación angustiosa infantil. De ahí la importancia de trabajar con los padres y conocer todos los hábitos y costumbres familiares donde puede estar habiendo un exceso de información para el niño que no puede asimilarlo. Corrigiendo dichos excesos, el niño vuelve a un estado de tranquilidad.
domingo, 2 de mayo de 2010
¿ PADECES DE FOBIA SOCIAL ?
Cuando una persona tiene dificultad para crear nuevas relaciones, le cuesta estar en público, rechaza las reuniones familiares, sociales, etc., pueden estar padeciendo una fobia social. Detrás de la palabra fobia, se esconde un miedo o temor a relacionarse con los otros. Este miedo impulsa a la persona a huir o no querer encontrarse en situaciones que lejos de agradarle, pueden ocasionarle angustia o ansiedad. La fobia social es fácil encontrarla en el trabajo, en la calle, con la familia y con nuevas relaciones. En el trabajo, vemos cómo la persona fóbica huye de relacionarse con los compañeros, evita toda acción que no sea propiamente laboral, no va a reuniones, cenas, desayunos, etc. Se limita a su trabajo y su actitud suele ser la de un ostracismo llamativo. Cuando se rehuyen los encuentros familiares, también se puede estar padeciendo una fobia social. La fobia es un rechazo a los otros. Detrás de este rechazo, se esconde un complejo mecanismo de defensa hacia las persona, pues de lo que el fóbico se defiende es de él mismo, pues muchas personas sienten la llamada de ciertos deseos inconscientes que pueden provocarle cierta perturbación en la conciencia. Entonces, la manera de no enfrentarse a la aparición de dichos deseos es no poniéndose en contacto con otras personas. Realmente, el fóbico de quien huye es de sí mismo, de sus deseos, de su manera de sentir, amar, desear pues cree que puede llegar a perder el control de sí mismo y por eso rechaza toda ocasión que lo pueda hacer vulnerable frente a la existencia de sus deseos inconscientes. Las fobias sociales, acaban dañando a la persona porque la van aislando cada vez mas de la familia, de los compañeros, de las relaciones y terminan por ser unos solitarios que suelen vivir encerrados permanentemente. Esta actitud puede acabar produciéndoles serios problemas psicológicos con el paso de los años. La soledad, no deja de ser una manifestación de la fobia social.
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