domingo, 18 de junio de 2017

Conflicto de deseos. La voz interior que no se calla

Llamamos aparato psíquico aquello que constituye nuestra mente. Está formado por tres partes: la conciencia, desde donde percibimos la realidad externa y nuestra realidad interna. La parte inconscientes, que es donde se haya la memoria, los afectos, los sentimientos y los deseos. Y una parte intermedia llamada preconsciente o censura.

NO LO OLVIDES. Necesitamos de la censura para no decir o actuar según la naturaleza de nuestros deseos. NO todos los deseos podemos satisfacerlos porque nos producirían muchos problemas.

Los deseos agresivos y sexuales son los que más perturbación producen a la persona pues suelen tener mucha fuerza y para evitar que no aparezcan en la conciencia, tenemos que poner mucha energía para frenarlos. Tanta energía hay que poner que muchas personas que dicen estar cansadas o sin energía es porque la tienen puesta en frenar los deseos agresivos y sexuales.

Lo interesante del aparato psíquico es que la persona NO SE DA CUENTA DE NADA lo que le sucede. Si les preguntamos, nos dirán que ellos no son agresivos y que no tienen deseos sexuales que les perturbe.
Esta es la misión de la parte preconsciente de nuestra mente y consiste en que la persona NO SE ENTERE DE NADA DE LO QUE LE PASA, ES DECIR, QUE NO SE ENTERE DE CUALES SON SUS DESEOS INCONSCIENTES.
¿ Y por qué la persona no puede enterarse de cuales son sus deseos?¿ por qué esta parte de la mente le hace vivir engañando y sin darse cuenta? La respuesta es para evitar el sufrimiento o el malestar que le produciría conocerlos.

Sin embargo tenemos personas que están sufriendo continuamente, pero no saben por qué sufren ni a qué se debe su sufrimiento o malestar continuo. Podemos decir  el sufrimiento no deja de ser mas que una pantalla para desviar la atención de lo que realmente perturbaría a la persona. Cuanto más sufro, más concentrado estoy en mi sufrimiento y menos “pienso en otras cosas” que también me perturbarían si pensara en ellas.
El sufrimiento que dicen tener es incluso mucho más tolerable que el malestar que le produciría conocer la verdadera naturaleza de sus deseos.


¿Podemos decir entonces que las personas luchan o se defienden de sus propios deseos? Efectivamente, la conciencia debe defenderse frente aquello que le perturba. Lo que si podemos afirmar con total seguridad es que el sufrimiento o malestar que la persona siente, siempre es mucho menor comparado con la perturbación que le produciría en su personalidad conocer ciertos deseos inconscientes. CONTINUARÁ

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