En el estudio del
psicoanálisis, el Dr. Sigmund Freud, aborda el tema del suicido en un texto de 1915
titulado Duelo y Melancolía. En dicho estudio, establece analogías y a la vez
diferencias entre el duelo y la melancolía. El duelo es una reacción dolorosa
normal que acontece ante la muerte de una persona querida. El sujeto tiene
dolor y pierde parte del interés por el mundo porque la persona querida ya no
se encuentra en su vida. El duelo es una reacción que desaparece
progresivamente con el tiempo, sin dejar huellas y es contraproducente
alterarlo. Es decir, desaparece solo. En la melancolía, no hay muerte de
personas queridas pero sí abandono. El sujeto es abandonado por una persona y
en su lugar aparece una reacción emocional llamada melancolía que tiene
características dolorosas como el duelo pero su evolución es diferente. La
persona melancólica mantenía una relación afectiva, incluso amorosa, con quien
le abandonó. Esa energía, ese deseo puesto en la persona se queda libre de
manera que a través de un mecanismo de introyección vuelve al interior del
sujeto. En la mente de la persona abandonada aparece un conflicto producido por
el amor y el odio hacia la persona querida, conflicto que se acentúa mayormente
cuando la dosis de amor era alta. El amor y el odio se alternan hacia la
persona que le abandonó y dentro de la mente hay una lucha que acapara toda la
agresividad de la persona en un conflicto imaginario donde el sujeto se pelea
con la persona que lo abandonó. Este interesante proceso se origina gracias a
un mecanismo de identificación, donde la persona abandonada se identifica con
la persona que lo abandonó y una parte de él queda ligada imaginariamente a
ella. De este modo observamos que la persona abandonada mantiene un diálogo de
pelea y reproche con la persona que lo dejó, hasta el punto que puede llegar a
ocupar toda su energía en una batalla cruel que puede terminar con la muerte,
en el sentido que la ofensa que experimente la persona abandonada es tan grande
que desea matar a la persona que lo abandonó. Y la manera de matarla es
suicidándose, es decir, mata a la otra persona de manera imaginaria pero la
persona se mata realmente. Este complejo mecanismo de la melancolía, la hace a
su vez peligrosa, ya que si la persona no logra resolver dicha herida a su “ego”
puede terminar suicidándose, es decir, dándose muerte él y a la persona que se
halla en su interior. No todas las personas abandonadas terminan en suicidio
pero sí tienen que pasar un estado emocional de melancolía. La manera de
superarla, normalmente es cuando la persona termina el conflicto mental,
desvalorizando a quien le abandonó o simplemente sustituyéndola por otra
persona. Lo normal es esto pero no es raro ni infrecuente que una persona
dolorida por el abandono de otra piense en el suicidio.
domingo, 4 de junio de 2017
¿POR QUÉ SE SUICIDAN ALGUNAS PERSONAS?
Etiquetas:
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