Si el pasado no influye, ¿porqué puede
tener tanta presencia en el momento presente.?. El pasado, tiene categoría de
recuerdo, de fantasma, por lo tanto, su existencia es cuando lo evocamos o
recordamos, de manera que el pasado no existe salvo que lo hable o lo recuerde.
¿Qué sentido puede tener evocar, recordar, echar la culpa al pasado? Por un
lado la satisfacción de ciertos aspectos masoquistas de la personalidad y por
otro lado vivir de manera imaginaria detenido en el tiempo, es decir, negación
del futuro. Cuando justificamos que algo no podemos y lo achacamos al pasado,
tenemos que pensar que le estamos dando un sentido y por lo tanto un uso al
pasado. Lo usamos como justificación para no hacer, para no cambiar, para no
modificar, para no transformamos. Es muy sospechosos ver a hombres y mujeres de
cierta edad que justifican sus “no logros” en la vida por su pasado. ¿Es
cierto? Absolutamente nos oponemos a ello. Usar el pasado, es decir, un
recuerdo, algo tan intangible e impalpable como es un recuerdo para no hacer cambios
en el presente y en el futuro, no deja de ser un rasgo neurótico de la
personalidad. Se encuentra una justificación aparentemente, una negación frente
a situaciones que nos dicen de cambiar. Este estancamiento de la libido sexual
al las figuras del pasado- padres, hermanos, etc- también habla de las
fijaciones infantiles de la libido sexual. Esto quiere decir que los primeros
objetos amorosos y sexuales para el niño, son los padres y los hermanos. Cuando
la libido infantil ha quedado ligada por la existencia de situaciones que han
propiciado dicha ligazón, al sujeto le costará mucho renunciar a dichos objetos
amorosos y sexuales. La evocación del pasado, la negación de los cambios en el
presente y para el futuro, hablan de un interés libidinal más por los objetos
familiares que por nuevos objetos. Ese odio que muchas personas sientes hacia
los progenitores o hermanos, no deja de ser la manifestación disfrazada del
amor o del deseo sexual, bien en calidad de odio, sadismo o masoquismo. Cuanto mayor
sea el afecto experimentado, mayor es la unión libidinal al familiar. Hay por
lo tanto una importancia que uno le atribuye a los familiares y que su
procedencia es pasada. Las uniones fracasadas entre parejas o el deseo de
soledad no deja de ser una manera inconsciente de evocar y seguir unido a las
figuras familiares de la infancia.
domingo, 5 de julio de 2015
EL PASADO NO IMPORTA (2)
Etiquetas:
angustia,
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