Todos los problemas mentales, tienen un
inicio, un desarrollo y una eclosión o aparición. Entre el inicio y la eclosión
pueden pasar perfectamente de cinco a diez años, es decir, un problema mental
no es algo que sucede de un día para otro, sino que tiene un proceso de
conformarse como síntoma y el síntoma, es una estructura de lenguaje, es decir,
está construido con palabras ya que la persona cuando habla de su problema,
tiene todo un conjunto de palabras que da cuenta de lo que le pasa.
Esto quiere decir que desde el síntoma
actual, podemos ir retrocediendo hasta encontrar el inicio del problema, lo que
lo produjo o desarrolló.
De esto trata el método psicoanalítico,
de un instrumento terapeútico capaz de desarrollar y llegar a las causas
iniciales de cualquier problema. Una depresión, un trastorno obsesivo
compulsivo, una crisis de pareja, ansiedad, angustia, celos, envidia, jaquecas,
etc… cuando se muestra es porque ya ha habido un proceso de construcción del síntoma.
Esto quiere decir que desde el momento actual podemos llegar a las causas
iniciales que lo produjeron.
Esta precisión terapéutica, es capaz de
descubrir las causas de cualquier problema y de este modo tratarlo para
resolverlo. Lo que se construyó con palabras, también se puede desmontar con
palabras y aquí radica el éxito del psicoanálisis.
Entonces, siendo de nuevo reiterativo,
cualquier persona, con cualquier problema, con el psicoanálisis puede
resolverlo. Y aquellos que dudan o no mueven nada para resolverlo, no son
problemas, son neurosis de renta, es decir, personas que sacan un beneficio
secundario a su “supuesto problema”.
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