1.- Podemos
decir que los celos son el sentimiento que más perturbaciones anímicas producen
a los seres humanos. Tienen su origen en la mas tierna infancia, en el momento
en que el niño toma conciencia de la relación de sus padres. El nacimiento de
un hermano, agudizará los celos que ya en un momento se han originado en el
niño por el Complejo de Edipo. Este complejo lo padecen tantos los niños como
las niñas y consiste en un enamoramiento hacia la figura materna donde se
considera a la madre como una posesión personal y rivalidad al padre o aquello
que desliga a la madre del niño. Desplazados a la vida adulta, los celos no dejan de ser una manifestación de los
celos infantiles. Los sentimientos de posesión, la agresividad contra la
persona y el rival, el rencor, la hostilidad, el deseo de venganza, la tristeza
que los celos hacen sentir al adulto son los mismos que el niño experimentaba
hacia las figuras familiares. Los celos siempre son un sentimiento infantil, de
ahí que las escenas provocadas por los celos, siempre son ridículas e
infantiles. No hay nada mas infantil que ver a dos adultos experimentando el
sentimiento de los celos. Los celos se tratan con psicoanálisis y consisten en
madurar este aspecto infantil de la personalidad.
2.- La soberbia.
La podemos denominar también narcisismo primario o infantil. Es un sentimiento
cuyo origen data de la mas tierna infancia. La soberbia ( no dar el brazo a
torcer ) es una autoafirmación básica e infantil de los niños en su primeros
años. Es el “por que sí o porque lo digo yo”. Suelen provenir de padres
soberbios que imponen a sus hijos un
modelo educacional dictatorial. Esta implantación de “por qué o porque
lo digo yo” educa al niño desde la soberbia, por lo tanto, fundará en el niño
un carácter soberbio que luego exteriorizará o desplazará en su vida adulta. De
manera que la “cabezonería del adulto” no deja de ser una manifestación de la
soberbia infantil.
3.- El egoísmo.
También se lo engloba dentro del narcisismo infantil. El egoísmo es la
incapacidad para compartir con los otros. El egoísmo es un sentimiento infantil
donde su característica primordial es la dificultad para intercambiar. El
egoísmo impide al niño no solo dar, sino también recibir. El egoísmo solo
quiere recibir. El egoísmo suele estar fomentado por la figura materna, donde
la madre acostumbra al niño a recibir de ella pero no le enseña a compartir.
Desplazado a la vida adulta, el egoísmo no solo suele ser en lo económico, ya
que lo podemos ver en un egoísmo para el amor, en lo sexual, en lo laboral, en
la amistad, en lo social. El egoísmo es asocial, impide la socialización de la
persona ya que hay una exaltación de la parte infantil de la personalidad. El
egoísmo con el tiempo arrastra a la persona a la soledad. ( CONTINUARÁ )
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