La
terapia del psicoanálisis se considera hoy día la terapia más avanzada para
resolver los conflictos dentro de la mente.
Absolutamente
todos los problemas mentales son conflictos entre la parte consciente –yo- de
la personalidad y la parte inconsciente.
El
síntomas, el malestar, el agobio, la obsesión, la tristeza, la inseguridad se
manifiesta en el –yo o conciencia- de manera que algo ajeno al yo se acaba
poniendo en la conciencia y eso produce un malestar significativo que origina
lo que podemos llamar el problema o trastorno mental.
El
psicoanálisis, como técnica terapéutica, analiza el conflicto entre ambas
instancias ( conciencia e inconsciencia ) para así poder llegar a un
entendimiento de aquello que está perturbando al yo o conciencia.
A diferencia
de cualquier otra técnica terapéutica ( conductismo, psiquiatría, etc..) el
psicoanálisis trabaja sobre el origen de lo que provoca el malestar o
trastorno, algo que no hace la psicología conductual.
Cuando
la persona es capaz de encontrar el lazo que une su dolencia consciente con
aquello inconsciente que lo ha originado, se produce el desenlace positivo y la persona siente el alivio de dicho
entendimiento.
¿Y
por qué si el psicoanálisis es cien por cien efectivo, muchas personas no
recurren a él como técnica de curación o sanación?
La
respuesta guarda relación con que muchas personas que dicen sentirse aquejadas
de una dolencia mental, suelen ser falso, es decir, son neurosis de renta. Una
neurosis de renta es hacer uso de una dolencia mental. Muchas depresiones, son
faltas depresiones, así como muchos trastorno obsesivos son neurosis histéricas,
de manera que la persona que dice de padecerlos, de manera inconsciente o casi
consciente hace uso de ella para obtener una pensión o ejercer un dominio
emocional sobre las personas cercanas.
Cualquier
enfermedad puede convertirse en una neurosis de renta siempre que la persona le
de un uso. Y claro está, si se le da un uso, la persona por lo tanto no se
quiere curar. Causa por la cual no quieren acudir a psicoanalizarse, porque se
descubriría la verdad.