Siempre hubo líderes, y a la larga, todos resultan
empecinados, obsesivos, estúpidos, creyendo de más en sus propios planes y
olvidándose de los otros. Dentro de nosotros, hay un déspota, dentro de usted
también. Dentro de nosotros hay un cerdo dispuesto a comerse en silencio todas
las flores, aunque las flores se hallen entre la mierda. Todos alguna vez
preferimos quedarnos a solas para no compartir el último cigarrillo. Algo me
mata en mi y sin embargo, lo niego. Algo me digo riéndome que todavía no estoy
muerto y que puedo seguir viviendo. En verdad, a veces no sabemos qué hacer,
con lo fácil que es morir y sin embargo, si no fuera por este amor, si no fuera
por la culpa de sentirme vivo, cuando veo las injusticias del mundo, me pondría
a llorar. ¿Pero a quién le puedo dedicar
mi llanto.? Dese un respiro, anímese a escapar de las sombras de sus recuerdos
más amados. Sepárese del animal que hay en usted, comprometa su virtud, anímese
a abandonar su soledad. Crezca entre otros. Familias, tenemos todos pero la
familia – y siento decírselo- no va a terminar con su soledad.
viernes, 12 de abril de 2013
SIEMPRE HUBO LIDERES EMPECINADOS
Etiquetas:
celos,
lideres,
narcisismo,
neurosis social,
psicoanalisis,
sexualidad humana
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