Cuando nos preguntamos por el origen
del masoquismo femenino, llegamos a la conclusión después de ser estudiado con
atención y detenimiento, que la fantasía de ser pegada por el padre, se
corresponde con una etapa en el desarrollo de la niña, donde la cual se halla
bajo el complejo parental, es decir, la niña aparece en este periodo
tiernamente fijada al padre, habiendo previamente una actitud hostil hacia la
madre que persistirá al lado de una
tendencia cariñosa y a la que puede estar reservado hacerse mas intensa y mas
claramente consciente con el transcurso de los años o provocar, por reacción
una exagerada adhesión amorosa a la personalidad de la madre.
La fantasía de ser flagelada en la
mujer, no se enlaza sólo en la relación madre-hija, ya que en la familia, hay
otros niños pequeños o mayores a los cuales, la niña no quiere porque tiene que
compartir con ellos el amor de los padres. Cuando se trata de una hermanita
menor, la sujeto la desprecia, además de odiarla ( este es el fundamento de la
mala relación entre hermanas adultas ) y tiene que presenciar cómo atrae la
ternura de los padres por ser la hija menor. Comprendemos que el pegar a
alguien, aun sin hacerle daño, significa una negación del cariño y una
humillación. Son así muchos niños que creían poseer el inquebrantable amor de
sus padres y a quienes un solo golpe hace caer de las alturas de su imaginada
omnipotencia. La idea de que el padre pega a aquel niño odiado por mi, será muy
agradable y surge independientemente de haber presenciado o no tal suceso. Esta
fantasía significaría: “mi padre no quiere a mi hermanita, solo que me quiere a
mí”
La fantasía en la niña de ver pegar
a un niño, satisface sus celos y sus intereses egoístas.
Con el desarrollo sexual tanto en el
niño como en la niña, nunca falta la fantasía en el niño de tener un hijo con
la madre y en la niña, con el padre. Estos enamoramientos, con el tiempo,
terminan por reprimirse, bien por el nacimiento de un hermanito- considerado
como una infidelidad imperdonable-, por una ofensa inesperada o bien por
agotamiento. Estas ideas, acaban siendo reprimidas sencillamente porque los
niños entran en otra etapa de la evolución infantil-adolescente de su
sexualidad. Simultáneamente a este proceso de represión, surge una conciencia
de culpabilidad, también de origen desconocido pero enlazada indudablemente a
aquellos deseos incestuosos hacia los padres. La fantasía de origen incestuoso
sería: “ mi padre me quiere sólo a mi y no a mi hermanito porque le pega” Pero
en la segunda fase de la fantasía, donde ya aparece la culpa, la frase queda
sustituida por: “ no, no te quiere, porque te pega”. Aquí ya vemos que la
fantasía femenina es masoquista. La idea de que el padre me ama (pensamiento
por el cual pasan todas las niñas) en la segunda fase de la fantasía sería: “mi
padre me pega”. Este “ser pegado” sería la confluencia de la conciencia de
culpabilidad por querer satisfacer el deseo incestuoso con el padre. Y esta
sería la esencia del masoquismo en la mujer.
En los niños que de adultos tiene
toc, las fantasías homosexuales, son de carácter femenino. En el desarrollo
psicosexual del hombre, este pasa por una fase edípica, donde toma conciencia
del padre como rival en su relación con la madre. Cuando el padre es muy rígido
y despierta en el niño pensamientos de ser pegado por él, la fantasía de ser
pegado por el padre, es una representación del complejo de culpabilidad por
haber deseado el acto incestuoso hacia la madre. El niño tiene miedo de ser
pegado por el padre porque ha tenido un deseo incestuoso hacia la madre. El
padre, para el obsesivo, siempre tiene un carácter terrible, castrador, de
manera que sólo puede convivir a su lado siempre y cuando sustituya su terror
al padre por una actitud pasiva. Esta actitud consiste en la transformación de
fantasías sádicas hacia el padre en fantasías masoquistas de ser flagelado por
el padre. Esta actitud pasiva por parte del niño, es la causa de las fantasías
homosexuales en los pacientes con toc, ya que la fantasía de ser golpeado o
sodomizado por el padre, constituye el justo castigo por haber trasgredido la
ley del incesto. “ Soy pegado-sodomizado por mi padre, por haber deseado a mi
madre”.
En el paciente toquiano, la
agresividad hacia el padre queda reprimida y sustituida por un componente
masoquista, de carácter femenino, homosexual. La fantasía de ser homosexual
para un paciente con toc, supone un castigo por haber querido satisfacer algo
con la madre que sólo le estaba reservado al padre. No hay otro fundamento
inconsciente que de cuenta de la agresividad hacia el padre y las fantasías
homosexuales en el paciente con trastorno obsesivo compulsivo.
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