En el desarrollo sexual infantil, caracterizado por un Complejo de Edipo normal, hallamos a los niños afectuosamente ligados al progenitor del sexo opuesto, mientras que en sus relaciones con el del mismo sexo predomina la hostilidad. Para el niño, la madre es el primer objeto amoroso, continúa siéndolo y al volverse mas apasionados sus sentimientos por ella, así como al profundizar sus conocimientos de las relaciones entre el padre y la madre, el padre, se convierte por fuerza en su rival. Otra cosa sucede en la niña pequeña. También para ella el primer objeto fue la madre. ¿ Cómo halla entonces su camino hacia el padre? ¿ Cómo, cuándo y por qué se desliga de la madre? El desarrollo de la sexualidad femenina, es complicado por este cambio, pasar de la madre como objeto amoroso al padre. Sabemos que las mujeres dominadas por una fuerte vinculación con el padre, son numerosas y no necesitan por ello ser neuróticas. El psicoanálisis descubre la siguiente observación: cuando la vinculación con el padre ha sido particularmente intensa, siempre fue precedida por una fase de no menos intensa y apasionada vinculación exclusivamente materna. Salvo el cambio de objeto, la segunda fase apenas agregó un nuevo rasgo a la vida amorosa. La primitiva relación con la madre se había desarrollado de manera muy cuantiosa. Una segunda observación, nos indica que la duración de la vinculación con la madre suele ser hasta el cuarto o quinto año, coincidiendo con el primer florecimiento sexual. Sin embargo, muchas mujeres se quedan detenidas en la primitiva vinculación con la madre, sin alcanzar jamás una reorientación hacia el hombre. En esta fase, también para la niña, el padre no es mas que un molesto rival aunque nunca alcanza la violencia que alcanza en el varón.
La disposición bisexual postulada como una característica de la especie humana, es mucho mas patente en la mujer que en el hombre. Este cuenta con una sola zona sexual dominante, con un solo órgano sexual, mientras que la mujer tiene dos: la vagina, órgano femenino propiamente dicho y el clítoris, órgano análogo al pene masculino. La vagina, durante años es virtualmente inexistente, pues es una cavidad plegada y no suministra sensaciones durante la pubertad. Pero la genitalidad femenina gira alrededor del clítoris en la infancia. La vida sexual de la mujer se divide siempre en dos fases, la primera de las cuales es de carácter masculino, mientras que sólo la segunda es específicamente femenina. Así, el desarrollo femenino comprende dicho proceso de transición de una fase a la otra, algo que no ocurre en el hombre. Otra complicación se desprende del hecho de que la función del clítoris viril contínua en la mujer de forma muy variable. ( continuará )
No hay comentarios:
Publicar un comentario