Las obsesiones y las fobias, son neurosis cuyo mecanismo y etiología ha sido descubierto por el psicoanálisis.
En toda obsesión hay dos elementos: 1º. Una idea que se impone al enfermo y 2º Un estado emotivo asociado. Ahora bien, en las fobias, este estado emotivo es siempre la angustia, mientras que en las obsesiones propias puede ser igualmente cualquier otro, tal como la duda, el remordimiento o la cólera. Vamos a tratar de explicar el mecanismo psicológico de las obsesiones propias, muy diferentes del de las fobias.
En muchas obsesiones verdaderas es evidente que el estado emotivo es lo principal, puesto que persiste inalterado, variando, en cambio, la idea a él asociada. Por ejemplo, una muchacha joven, se hacia reproches de haber robado, de haber maltratado a sus hermanas, de haber fabricado moneda falsa, etc., dándose cuenta de lo absurdo de tales reproches. Igualmente, las personas que dudan, dudan de muchas cosas a la vez sucesivamente. El estado emotivo permanece en estos casos invariable, mutándose en cambio, la idea. En otros casos, ésta es también fija, como el caso de una joven que mostraba un odio infinito hacia las mujeres que iban a limpiar a su casa, llegando a ser imposible mantener fija a una sirvienta, pues tenía un sentimiento de odio y repugnancia hacia ellas alegando que las suciedades de aquellas mujeres, le estropeaban su idea de amor. En este caso, vemos que el odio se mantenía y lo que cambiaba eran las personas.
Un escrupuloso análisis psicológico de estos casos, muestra que el estado emotivo como tal está siempre justificado. La primera muchacha, que sentía remordimientos, tenía suficientes motivos para ello. Y la joven que detestaba a las sirvientas, tenía perfecta razón para quejarse de ellas. Lo patológico en estos casos consiste en las dos características siguientes: 1º que el estado emotivo se ha eternizado. 2º que la idea asociada no es la idea original relacionada con la causa de la obsesión, sino una idea sustitutiva de la misma, pues en ambos casos, la idea original tenía que ver con la sexualidad reprimida y en la idea sustitutiva no se puede descubrir que tras la misma se halle una idea sexual. ( continuara )
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