¿ qué es lo que la niña pequeña pretende de su madre?.
¿ de qué índole son sus fines sexuales? ( entendiendo por fines sexuales, los
comportamientos de la niña, para conseguir algún goce ). El estudio de la
sexualidad femenina, así como su evolución, ha observado que los fines sexuales
de la niña con respecto a la madre, siempre son tanto de tipo activo como
pasivo, determinado por su propia evolución. Se ha visto, que en los niños,
cuando reciben algún tipo de suceso, que les impresiona por su implicación
pasiva, se puede observar que luego responden de manera activa. El niño, trata
de hacer por sí mismo lo que se acaba de hacerle a él o con él. Cuando a pesar
de sus resistencia, el niño es obligado por el médico a abrir la boca para
examinarle la garganta, este jugará a su vez a ser el doctor y repetirá el
mismo violento procedimiento con algún hermano menor que se hallará tan
indefenso frente a él como él lo estuvo en manos del médico. Aquí podemos
reconocer que en el niño, hay una
rebeldía contra la pasividad y una preferencia por el papel activo. No
todos los niños, consiguen realizar siempre y con la misma energía este viraje
de la pasividad a la actividad, que en algunos casos puede faltar por completo
y condicionar su vida de adulto a manifestarse pasivamente frente a su vida. De
esta conducta, activa o pasiva, se puede deducir la fuerza relativa de las
tendencias masculinas y femeninas que habrán de manifestarse en su vida sexual.
Las primeras vivencias total o parcialmente sexuales
del niño en relación con su madre son naturalmente de carácter pasivo. Es ésta
la que le amamanta, le alimenta, le limpia, le viste, le obliga a realizar
todas sus funciones fisiológicas. Parte de a libido del niño se mantiene
adherida a estas experiencias y goza de las satisfacciones con ellas
vinculadas, mientras que otra parte intenta su conversión en actividad.
Primero, el proceso de ser amamantado por el pecho materno es sustituido por la
succión activa. En sus demás relaciones con la madre, el niño se conforma con la
independencia, es decir, hacer por sí mismo lo que antes se le hacía, o con la
repetición activa de sus vivencias pasivas en el juego, o bien realmente
convierte a la madre en objeto, adoptando frente a ella el papel de sujeto
activo.
Raramente oímos que una niña pequeña quiera lavar o
vestir a la madre o inducirla a realizar sus necesidades. Es cierto que a veces
le dice: “ ahora vamos a jugar que soy yo la madre y tú la hija”, pero
generalmente realiza estos deseos activos en forma indirecta al jugar con su
muñeca, representando ella a la madre y la muñeca a la niña. El hecho de que
las niñas sean mas afectas que los varones a jugar con muñecas suele
interpretarse como un signo precoz de la feminidad incipiente.
Para la niña pequeña, hay un deseo hacia la madre, por
ser esta la que a través de la limpieza y los cuidados corporales, también
proporcionaba las primeras excitaciones sexuales. Muchas madres me han contado
que sus hijas pequeñas de dos o tres años, gozaban de estas sensaciones e
incitaban a la madre a exacerbarlas con toques o fricciones repetidas. El hecho
de que la madre sea la que inicie en la niña el desarrollo de su sexualidad, es
la causa o motivo de que luego en sus fantasías, aparezca el padre como
seductor sexual. Al apartarse de la madre, la niña también transfiere al padre
la responsabilidad de haberla iniciado en la vida sexual. De hecho, muchas
mujeres adultas que acuden a consulta diciendo que sufrieron abusos por parte
de la figura paterna, el psicoanálisis muestra que era más una fantasía que el
hecho en sí.
El desprendimiento de la madre, es un paso
importantísimo en el desarrollo de la niña e implica mucho mas que un mero
cambio de objeto. Con el desprendimiento de la madre, la niña reprime su
masculinidad. En la homosexualidad femenina, el carácter masculino de ciertas
mujeres tiene que ver con no haber podido elaborar cierta cuota de
masculinidad, bajo la fantasía de representar un papel activo seductor hacia la
madre. Una vez que la niña hace la separación de la madre, transfiere su
actividad sexual hacia el padre, bajo un tendencia pasiva de seducción. De esta
manera, el desarrollo hacia la feminidad se halla ahora abierto a la niña,
salvo que haya sido impedido por los restos de la vinculación a la madre, que
acaba de ser superada.
Evidentemente, toda niña, trata de seducir al padre,
hallando en la madre un poderoso rival que no solo despierta sus celos, sino
también su agresividad. En esta rivalidad a veces poderosa, se juega el
verdadero paso a la sexualidad. Pero ocurre que la niña, cuando ve que el padre
tampoco puede ser objeto de seducción, pasa por un periodo donde se siente
defrauda y tiene dos caminos, intentar volver a la relación antigua con la
madre ( lo cual supondría una detención en su desarrollo sexual ) o bien su
libido sexual fluctúa entre ambos y da el paso a lo social, es decir, busca el
desarrollo de su sexualidad en objetos masculinos fuera de la vinculación con
el padre. Prefiero no introducir el tema de la homosexualidad y dejarlo para
próximos artículos porque en la homosexualidad, se busca en el objeto una
figura de identificación al padre o a la madre. Por normal general, la niña se
separa de la madre mediante una dosis de agresividad y hostilidad que puede
mantenerse en la mujer durante muchos años de su vida. ( FIN )
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