domingo, 12 de febrero de 2017

Quiero cambiar pero no puedo

QUIERO CAMBIAR PERO NO PUEDO

Una expresión muy común frente a las adversidades o deseos de cambio en la vida es: “quiero cambiar pero puedo o no sé como”.

Freud estudia en su texto: Mas allá del principio del placer que nuestro aparato psíquico está estructurado para soportar la mínima tensión posible. Lo que en psicoanálisis definimos “ el principio del placer”, entendiendo como tal la tendencia humana a mantener lo más bajo posible la tensión nerviosa. Comúnmente es lo que llamamos estar dentro de la zona de confort.
Esto significa que cuando algo nos estresa o bien nos produce malestar, la tendencia nuestra es tratar de reducir dicha tensión nerviosa  para volver al estado de confort o bien estado plancentero.
Cada vez que nos planteamos cambiar, supone salir de nuestra zona de confort, lo que siempre suele llevar asociado un grado de malestar. Malestar, displacer o disconfort que cuando no se tolera, puede ser que terminemos dejando a parte toda tentativa de cambio y volver a lo conocido, a aquello que manejamos con facilidad y que se halla dentro de nuestra zona de confort.
Cambiar, cuando no sabemos cómo supone aceptar en primer lugar una falta o carencia de herramientas, sin las cuales no se puede llevar a cabo un cambio. Esto significa que si no tenemos los instrumentos adecuados difícilmente podemos plantearnos un cambio. Los instrumentos de los cuales hablamos, siempre pueden ser adquiridos. A través del estudio, de la formación externa, de la práctica contínua y mejora y a través de autoconocimiento personal. Es muy difícil plantearse cambiar si previamente no nos conocemos a nosotros mismo.

Es típico oír “ yo me conozco muy bien a mi mismo” pero sin embargo nos cuesta cambiar.
Cambiar siempre supone un trabajo sobre uno mismo, conllevar salir de la zona de confort y puede llevar sumado un grado de tensión emocional que cuando no se tolera, terminamos por abandonar el cambio emprendido.
Debemos por lo tanto cambiar la frase y decir que mas que no puedo cambiar sería “no quiero cambiar” porque instrumentos para cambiar siempre hay. Solo se trata de estudiar hacia donde quiero cambiar y hacerme con los instrumentos que facilitarán mi cambio, aunque cambiar me saque de mi zona de confort. Y si no salimos de ella, nunca podrá haber un cambio.