miércoles, 19 de noviembre de 2014

CLAVES PARA ENTENDER LA PAREJA (2) PROYECTAR SOBRE EL OTRO



La falta de comunicación o de entendimiento dentro de la pareja está producida no tanto por lo que se dice o no se dice, sino “hacia quien se dice”. El psicoanálisis viene mostrar que los reproches al otro son proyecciones de uno mismo pero vuelto hacia la otra persona. Es decir, que cuando reprocho algo hacia el otro, mi narcisismo no me deja ver o admitir que las acusaciones hacia la otra persona tienen que ver con algo no reconocido de mi mismo. El mecanismo de proyección, es un mecanismos que se observa en todas las parejas y es la causa tanto de la falta de comunicación como de las actitudes neuróticas de las personas. La proyección de algo mío sobre el otro forma parte de los llamados mecanismos narcisistas de defensa. Esto quiere decir que nos defendemos frente a la posibilidad de aquello que nos cuestiona o que nos indica que debe ser transformado. El ser humano se ama a sí mismo sobre todas las cosas. Aún aquellas personas que dicen no quererse o despreciarse, esto no es cierto, porque toda actitud de reproche hacia uno mismo no deja de ser un reproche hacia otra persona pero vuelto hacia uno mismo. Cuando digo que el ser humano se ama a si mismo sobre todas las cosas quiere que el narcisismo primario o infantil hace mantenerse a las personas en una actitud de “no cambio” y por lo tanto defendiendo una manera de ser y actuar que aunque no sea la adecuada, la mantiene y la cuida solo por el hecho de pertenecer a ella misma. En la frase “quien me quiera me tiene que aceptar tal y como soy” se descubre el narcisismo que encierra la frase. Las personas que se definen por una manera única de ser, desde el psicoanálisis pueden ser evaluadas como neuróticas. Quiere esto decir que ser siempre de la misma manera es lo más anti humano que puede existir, porque si algo caracteriza a lo humano es su enorme versatilidad y plasticidad. Y cuando una persona “siempre es fiel a si misma” esto ya es un síntoma de neuroticismo.

Esto puede verse en la pareja. Frente al otro nunca podemos ser nosotros mismos, lo cual lleva a decir que una pareja se comunica mejor cuando cada uno se parece menos así mismo. Si dejo de ser yo puedo ser el que mi pareja necesito. Cuanto más quiero ser yo menos puedo ser lo que el otro necesita que sea. Miguel Martinez. Medico Psicoanalista. Asesor Consejero Parejas. Tfno. 667.518.809.

INSEGURIDAD PERSONAL Y MIEDO MORAL

Freud en Inhibición, síntoma y angustia define la existencia de un miedo real y un miedo neurótico. La inseguridad, el temor a que nos suceda algo y el miedo a sucesos que pueden desequilibrarnos, entran dentro de la categoría de miedo neurótico. Los miedos reales son frente a situaciones reales donde lo que se pone en juego es la vida del sujeto. Salvo este tipo de situaciones, el resto de los miedos que conquistan al ser humano, son miedos neuróticos.
La inseguridad estaría considerada como una consecuencia directa del miedo neurótico, lo que quiere decir que es un miedo más a las fantasías catastrofistas que a peligros reales.
Dentro del miedo neurótico, hay una variante que es la llamada “miedo moral”, este miedo produce una inseguridad que es del orden de lo moral, es decir, la persona vive con la sensación de que “algo malo le va a pasar” o bien, “que va a perder lo que tiene” o “no se considera merecedor de lo que va logrando y puede perderlo”.
El llamado “miedo moral” es una respuesta a otro sentimiento inconsciente, que es el “sentimiento de culpabilidad”. La culpa, raras veces suelen sentirse de manera inconsciente y se manifiesta a través del miedo moral o neurótico o a través de la inseguridad. Esto quiere decir que la mayoría de los sentimientos de inseguridad o inferioridad, son una manifestación consciente del sentimiento de culpabilidad.
La culpa es un afecto o sentimiento “castigador”, donde la mayoría de las veces, la persona se reprocha haber actuado o pensado mal hacia algo o hacia alguien. No es necesario haber cometido un delito, una mala acción o haber blasfemado, con haberlo pensado o deseado, es suficiente para sentir el reproche hacia nosotros mismos bajo el sentimiento penoso de la culpa. La culpa hace a la persona merecedora de un castigo o al menos de una sanción. Cuando la sanción cae o el castigo se cumple, la culpa aminora o desaparece, encontrando la persona una paz consigo misma.
La inseguridad neurótica es la percepción sobre la conciencia del reproche o la necesidad de castigo para aminorar o calmar el sentimiento de culpa. Cuanto mayor es el miedo moral mayor es la sensación de que algo malo puede pasarnos, ya que sentimos el peso del yugo castigador sobre nosotros mismos y tememos lo peor, que se cumpla aquello de lo cual sentimos miedo.
El psicoanálisis es una técnica que permite analizar y a la vez transformar el miedo neurótico productor de la inseguridad personal.
Esto quiere decir que si conocemos los mecanismos mentales que nos producen dicho miedo neurótico, seremos capaz de frenar el sentimiento de culpabilidad y por lo tanto esto reforzará nuestra seguridad personal.
No olvidemos que todos estos sentimientos o afectos que las personas experimentan, tienen un origen inconsciente y por lo tanto infantil. Tanto el miedo moral o neurótico, la inseguridad o la culpabilidad, son sentimientos que surgen en nosotros durante la etapa infantil y pronta adolescencia. Un psicoanálisis consiste en una terapia para descubrir y comprender la parte inconsciente de nuestra personalidad. Si una persona vive su vida con la sensación permanente de inseguridad es porque todavía no comprende sus mecanismos mentales por los cuales, está viviendo afecta por lo que desconoce de ella misma. Miguel Martínez. Médico Psicoanalista. Tfno. 667.518.809.

jueves, 13 de noviembre de 2014

CLAVES PARA ENTENDER LA PAREJA (1)

Cuando una pareja acude por primera vez a una consulta de psicoanálisis, desde la primera entrevista, el psicoanalista puede percibir que cuando se hablan ningún sabe a quién se está dirigiendo.  Es frecuente ver el reproche al otro, acusándole de cómo ha evolucionado la pareja hasta la pérdida del amor, del deseo o del interés. Después de valorar a la pareja conjuntamente, suele procederse a entrevistar la pareja por separado. Cuando escuchamos lo que uno dice del otro, no tiene nada que ver con lo que el otro dice ser de sí mismo. Esto lleva a confusión a especialista que no son especialistas en terapia de pareja y se dejan guiar por el discurso manifiesto de lo que uno dice del otro. Si la mujer dice que el marido ya no la quiere, desde el punto de vista del psicoanálisis, no escuchamos “mi marido no me quiere”, sino la secuencia de deseos inconscientes que han hecho de la mujer una persona no querida. Cuando el hombre dice que mi mujer ya no me desea, el psicoanalista no escucha “mi mujer no me desea” sino que reconstruirá la historia de deseos en el hombre que han trabajado en él hasta conseguir que la mujer deje de desearle.
Quiere esto decir que cuando una pareja habla, una cuestión es “lo que dicen conscientemente” y la segunda cuestión “lo que significa inconscientemente”. Podemos afirmar que NUNCA coincide lo que decimos con lo que realmente este.
Este maravilloso descubrimiento de Freud sobre el funcionamiento de la mente, nos hace diferenciar dos instancias en nuestra mente que denominamos la parte consciente y la parte inconsciente de la personalidad. Ambas funcionan en conjunto pero tienen a su vez un funcionamiento independiente. Podemos decir que lo que nos llega a la conciencia es un producto inconsciente pero disfrazado.
¿qué sentido puede tener que algo de nosotros mismos nos llegue a la conciencia disfrazado?  Tiene el sentido de ocultar algo, querer decir otra cosa. Aquí tenemos lo que tantas parejas dicen: no le entiendo, no comprendo porqué hace tal o cual cosa. Es decir, lo que no comprendemos del otro es porque detrás de lo que dice o hace se halla otra cuestión u otra intención pero disfrazada.  De este modo podemos ver cómo las parejas no comprenden las palabas del otro, su actitud, su comportamiento, los cambios repentinos de humor, etc…

todo esto tiene una lógica desde el punto de vista inconsciente. Siendo así que lo que desde la conciencia consideramos ilógico, desde lo inconsciente encontramos su sentido que debe ser traducido y ese es el trabajo del psicoanalista. (continuará)

lunes, 10 de noviembre de 2014

FALTA DE CONFIANZA, BAJA AUTOESTIMA, INSEGURIDAD PERSONAL

Estas son varias de las causas mas frecuentes por las cuales muchas y variadas personas acuden a la terapia del psicoanálisis.
Llama poderosamente la atención que tanto la falta de confianza, como la baja autoestima y la inseguridad personal son características de los niños y del comienzo de la edad adolescente. Podemos afirmar que estas características de la personalidad en el adulto no dejan de ser aspectos de estas tempranas edades que no han logrado madurar.
Madurar, sería entonces adquirir habilidades, instrumentos de conocimiento sobre uno mismo para no sentir frente a los otros el sentimiento de falta de confianza, baja autoestima e inseguridad.
Como señalo, estos sentimientos se despiertan frente a los otros, frente a proyectos, personas que nos enfrentan a nosotros mismos y en esta falta de conocimiento de uno mismo, es cuando se siente la falta de confianza y la inseguridad. ¿realmente es hacia el mundo o hacia nosotros mismos hacia quienes sentimos estos afectos o sentimientos.? Es evidente que son hacia uno mismo. Ya que uno se ve capaz de llevar a cabo algo, de tomar una decisión, de resolver un problema, de tomar las riendas de un proyecto, una relación, etc…
¿Qué nos lleva entonces a sentir en la conciencia estos afectos? ¿de dónde proceden? ¿por qué frente a una decisión, un proyecto, una relación nos invade la conciencia el temor, la inseguridad y la baja autoestima?
Nuestro “yo” se ve invadido por todos estos afectos infantiles que proceden de la parte inconsciente de nuestra personalidad. ¿Quiere esto decir que nuestra personalidad inconsciente no madura?
Cierto, así es. Madura el “yo” cuando es capaz de entender todos los afectos y sentimientos inconscientes que constantemente le están invadiendo. Está sería la manera de logar tener mas confianza en uno mismo y de mejorar la autoestima.

Desde “no me lo merezco”., “no seré capaz”, “no valgo para ello” “seguro que me sale mal” “nunca podre tenerlo” hasta el “ no puedo gustar a nadie” etc… etc… son frases hechas que denotan “otro de nosotros”. Como si uno de nosotros mismos nos hiciera sentir y vivir todos estos afectos y sentimientos. ¿Soy yo mismo quien no se deja decidir? ¿Acaso por algo no me considero merecedor de mejorar? ¿Tan difícil es tener pareja o alguien que me quiera? ¿No puedo imaginarme una vida con mas soltura económica? Este otro, es nuestro inconsciente, la parte que nos acompaña siempre y la gran desconocida para nosotros mismos. El psicoanálisis es la terapia de elección para conocer a este de mi mismo que me hace sentir falta de seguridad, baja autoestima e inseguridad. Si lo llego a conocer, me hago con el poder sobre mi mismo. Si sigo siendo un desconocido para mismo, sigo sufriendo las consecuencias de mi propio desconocimiento de mi mismo. Miguel Martinez. Medico-Psicoanalista. Tfn. 667.518.809.

domingo, 2 de noviembre de 2014

DUELO, DEPRESION Y MELANCOLÍA

Freud hace una puntualización maravillosa, en el duelo normal la pérdida es consciente, se murió mi papa, me abandonó mi mujer, en cambio cuando hay melancolía, cuando hay depresión, con la pérdida el paciente no sabe lo que perdió, y si sabe lo que perdió no sabe qué perdió con lo que perdió, es decir, actuación inconsciente. En el duelo la elaboración es inconsciente, pero en el duelo yo sé lo que me pasa, el mundo es gris porque se ha muerto mi enamorada, no que el mundo sea gris. Una persona normal en el duelo no cree que el mundo sea gris, sabe que lo ve gris porque ha muerto su enamorada; su mirada es gris. No es un loco, un loco ve el mundo gris y dice “el mundo es gris”, la persona en duelo no, la persona en duelo sabe que existen los colores, no existen para él, su mirada está nublada por el llanto. Llegamos a algo fundamental para poder discriminar el diagnóstico diferencial entre la salud y la enfermedad en el caso de la depresión, en el duelo, jamás hay disminución del amor propio, en el duelo jamás hay disminución del amor propio. ¿Por qué? Porque en el duelo normal no existe la fantasía de haber intervenido en la pérdida, en el duelo normal, es una desgracia que me pasó, no es algo que yo haya provocado, es una desgracia, es un acontecimiento la muerte de alguien, el alejamiento de una persona. Entonces nunca necesito desvalorizarme, nunca necesito autodepreciarme. Una característica esencial de la melancolía, de la depresión patológica, es la disminución del amor propio, esto que nunca ocurre en la aflicción. Se traduce en reproches, acusaciones de que el paciente se hace objeto a sí mismo y que puede llegar incluso a una delirante espera de castigo, incluso de muerte.

Los únicos que pueden suicidarse son los melancólicos, ningún histérico se suicida, ningún obsesivo o paranoico se suicida. Esto lo sabían los psiquiatras clásicos, la recomendación del electroshock en la melancolía era contra el suicidio, ellos sabían que el melancólico librado al azar de su enfermedad termina suicidándose, entonces la aplicación del electroshock hace 200 años era porque ellos percibían que interponían algo en el camino directo de la melancolía que era el suicidio. ¿Desde dónde partían? De esa condición de la disminución del amor propio, reproches, acusaciones. Puede llegar incluso a una delirante espera de castigo, incluso la muerte. ( Del libro Freud y Lacan hablados 3. Duelo y Melancolía, de Miguel Oscar Menassa.)