miércoles, 24 de octubre de 2012

TERAPIA DEL TOC CON PSICOANALISIS

lunes, 22 de octubre de 2012

AGRESIVIDAD Y FANTASIAS HOMOSEXUALES EN EL TOC (2ª parte)


Cuando nos preguntamos por el origen del masoquismo femenino, llegamos a la conclusión después de ser estudiado con atención y detenimiento, que la fantasía de ser pegada por el padre, se corresponde con una etapa en el desarrollo de la niña, donde la cual se halla bajo el complejo parental, es decir, la niña aparece en este periodo tiernamente fijada al padre, habiendo previamente una actitud hostil hacia la madre que persistirá al lado de una tendencia cariñosa y a la que puede estar reservado hacerse mas intensa y mas claramente consciente con el transcurso de los años o provocar, por reacción una exagerada adhesión amorosa a la personalidad de la madre.
La fantasía de ser flagelada en la mujer, no se enlaza sólo en la relación madre-hija, ya que en la familia, hay otros niños pequeños o mayores a los cuales, la niña no quiere porque tiene que compartir con ellos el amor de los padres. Cuando se trata de una hermanita menor, la sujeto la desprecia, además de odiarla ( este es el fundamento de la mala relación entre hermanas adultas ) y tiene que presenciar cómo atrae la ternura de los padres por ser la hija menor. Comprendemos que el pegar a alguien, aun sin hacerle daño, significa una negación del cariño y una humillación. Son así muchos niños que creían poseer el inquebrantable amor de sus padres y a quienes un solo golpe hace caer de las alturas de su imaginada omnipotencia. La idea de que el padre pega a aquel niño odiado por mi, será muy agradable y surge independientemente de haber presenciado o no tal suceso. Esta fantasía significaría: “mi padre no quiere a mi hermanita, solo que me quiere a mí”
La fantasía en la niña de ver pegar a un niño, satisface sus celos y sus intereses egoístas.
Con el desarrollo sexual tanto en el niño como en la niña, nunca falta la fantasía en el niño de tener un hijo con la madre y en la niña, con el padre. Estos enamoramientos, con el tiempo, terminan por reprimirse, bien por el nacimiento de un hermanito- considerado como una infidelidad imperdonable-, por una ofensa inesperada o bien por agotamiento. Estas ideas, acaban siendo reprimidas sencillamente porque los niños entran en otra etapa de la evolución infantil-adolescente de su sexualidad. Simultáneamente a este proceso de represión, surge una conciencia de culpabilidad, también de origen desconocido pero enlazada indudablemente a aquellos deseos incestuosos hacia los padres. La fantasía de origen incestuoso sería: “ mi padre me quiere sólo a mi y no a mi hermanito porque le pega” Pero en la segunda fase de la fantasía, donde ya aparece la culpa, la frase queda sustituida por: “ no, no te quiere, porque te pega”. Aquí ya vemos que la fantasía femenina es masoquista. La idea de que el padre me ama (pensamiento por el cual pasan todas las niñas) en la segunda fase de la fantasía sería: “mi padre me pega”. Este “ser pegado” sería la confluencia de la conciencia de culpabilidad por querer satisfacer el deseo incestuoso con el padre. Y esta sería la esencia del masoquismo en la mujer.
En los niños que de adultos tiene toc, las fantasías homosexuales, son de carácter femenino. En el desarrollo psicosexual del hombre, este pasa por una fase edípica, donde toma conciencia del padre como rival en su relación con la madre. Cuando el padre es muy rígido y despierta en el niño pensamientos de ser pegado por él, la fantasía de ser pegado por el padre, es una representación del complejo de culpabilidad por haber deseado el acto incestuoso hacia la madre. El niño tiene miedo de ser pegado por el padre porque ha tenido un deseo incestuoso hacia la madre. El padre, para el obsesivo, siempre tiene un carácter terrible, castrador, de manera que sólo puede convivir a su lado siempre y cuando sustituya su terror al padre por una actitud pasiva. Esta actitud consiste en la transformación de fantasías sádicas hacia el padre en fantasías masoquistas de ser flagelado por el padre. Esta actitud pasiva por parte del niño, es la causa de las fantasías homosexuales en los pacientes con toc, ya que la fantasía de ser golpeado o sodomizado por el padre, constituye el justo castigo por haber trasgredido la ley del incesto. “ Soy pegado-sodomizado por mi padre, por haber deseado a mi madre”.
En el paciente toquiano, la agresividad hacia el padre queda reprimida y sustituida por un componente masoquista, de carácter femenino, homosexual. La fantasía de ser homosexual para un paciente con toc, supone un castigo por haber querido satisfacer algo con la madre que sólo le estaba reservado al padre. No hay otro fundamento inconsciente que de cuenta de la agresividad hacia el padre y las fantasías homosexuales en el paciente con trastorno obsesivo compulsivo. 

martes, 16 de octubre de 2012

AGRESIVIDAD Y FANTASIAS HOMOSEXUALES EN EL TOC


La mayoría de los pacientes que acuden a consulta con un trastorno obsesivo compulsivo, refieren tener fantasías agresivas hacia personas tanto queridas como no queridas. Esto les supone un gran malestar pero a veces también una intensa excitación sexual que genera un interesante sentimiento de culpabilidad. Así mismo, la fantasía en el hombre suele ser denigrando a mujeres o siendo el víctima de un deseo homosexual.
Cuando investigamos en este tipo de pacientes, llegamos hasta el inicio de su etapa sexual infantil y nos encontramos en ellos que había un interés especial cuando veían que “un niño era pegado”. Este tipo de situaciones se presenciaban habitualmente en la Escuela e iban unidas a fantasías de flagelación. Sin embargo, dichas fantasías de pegar o ser pegado, ya se habían producido con anterioridad en el niño pero había quedado olvidada por una laguna mental dicho recuerdo.
Este tipo de pacientes, con vergüenza, reconocen encontrar un elevado placer que culminaba en un acto de satisfacción autoerótica en el acto de ver cómo pegaban a un niño. Pero simultáneamente, asistir a escenas violentas, provocaban en el niño sentimientos tumultuosos e intolerables. Ante la pregunta de quién era el niño golpeado, siempre surgía la misma respuesta: no lo sé, pegaban a un niño. El poderoso sentimiento homosexual que experimentan la mayoría de los pacientes con toc, guarda relación en los hombres con fantasías femeninas, donde el sujeto acaba ocupando un lugar femenino. Su fundamento tiene relación con lo que voy a exponer a continuación.
Cuando en el desarrollo sexual del niño, ha habido un componente sexual sádico, lo predispondrá a la neurosis obsesiva, que luego queda transformado en un deseo masoquista, como ahora veremos. Los estudios que el psicoanálisis lleva a cabo, muestra que las fantasias de ser golpeado o golpear, donde se incluye las fantasias homosexuales de ser dominado, se corresponde a un desenlace y no a un comienzo o principio. Los pensamientos repetitivos que aparecer en el toc, que se mantienen en el tiempo y que acaban teniendo forma de síntomas, son producidos por una compleja evolución en la historia del sujeto, cuyo inicio data del comienzo de la edad infantil, donde el niño comienza a tomar conciencia de la sexualidad.
En el caso de las mujeres, relatan que en la fantasía de ver pegar a un niño, siempre es un hermano o una hermana menor cuando los tiene. Esta fantasía es de carácter sádico pero por norma general, quien pega al hermano, suele ser el padre. Entonces, en la primera fase de la fantasía, es el padre, quien pega al niño. Más adelante, cuando la fantasía se va desarrollando, la sujeto acaba reconociendo que en la fantasía que tanto placer le da, describe que el niño golpeado por el padre, soy yo. Es decir, esta fantasía de la niña, de verse golpeada por el padre, tiene un indudable carácter masoquista. Generalmente, nunca llegan a pronunciar los sujetos esta fantasía, ya que acaba siendo una construcción que el psicoanalista muestra a la sujeto.
Cuando nos preguntamos por el origen del masoquismo femenino, llegamos a la conclusión después de ser estudiado con atención y detenimiento, que la fantasía de ser pegada por el padre, se corresponde con una etapa en el desarrollo de la niña, donde la cual se halla bajo el complejo parental, es decir, la niña aparece en este periodo tiernamente fijada al padre, habiendo previamente una actitud hostil hacia la madre. 

lunes, 8 de octubre de 2012

¿COMO GESTIONAR LAS EMOCIONES? ( Introducción del libro ¿ Cómo gestionar las emociones? de inminente publicación


Todos los pensamientos que aparecen en nuestra conciencia, tienen un sentido inconsciente por muy incongruentes y faltos de sentido que nos parezcan. A veces, llegamos a sentirlos como extraños y ajenos a nuestra manera de ser, pero tienen su propio significado. Nos sorprendemos de nosotros  pensando o deseando cosas ilógicas o desagradables hacia nuestra pareja, familia, hijos, amigos y  nos  sentimos mal y hasta culpables por la crudeza de los mismos
¿Cuando me peleo con mi pareja, un familiar, un hijo, un amigo o un compañero y me vienen pensamientos o deseos de matarlo, es que realmente quiero matarlo? ¿Si siento un deseo sexual hacia mi compañero de trabajo eso significa que ya no quiero a mi novio o marido? ¿Por qué mi pareja me maltrata y a pesar de ello le sigo queriendo?
Los sentimientos pueden llegar a ser tiránicos, esclavizándonos a una manera de sentir o pensar que nos provoca malestar y deterioro personal.
El ser humano es ambivalente, en él existe la posibilidad de crear y destruir, de amar y odiar, porque en nosostros  anida la capacidad de crear vida pero también  producir la muerte.
Son los científicos quienes inventan una máquina para detectar el cáncer pero también son los que inventan armas de destrucción masiva.
La misma persona a la que amaba cuando estaba enamorado, es la  que ahora odio. Creemos poder controlar nuestros sentimientos, pero son ellos quienes nos controlan a nosotros.

NO LO OLVIDES. Cuando el odio, el amor, los celos, la envidia, la soberbia, el narcisismo, la arrogancia, la pereza, la infidelidad etc… nos crean malestar porque son más fuertes que la razón, estamos siendo víctimas de la tiranía de nuestros sentimientos.

Treinta años de estudios, sobre más de cincuenta mil pacientes, nos permiten afirmar que los trastornos y desequilibrios emocionales que padecemos son el resultado de un conflicto psíquico moral, entre la razón y la parte inconsciente amoral de la personalidad.
Pensamientos, deseos, afectos, sentimientos, emociones que aparecen en la conciencia y no comprendemos su sentido, pueden ser causa de conflicto, desequilibrio, alteración y perturbación que acaban enfermando la conciencia.
Aparte de las necesidades económicas, tenemos necesidades afectivas, emocionales y sexuales satisfechas, pudiendo sufrir tanto por exceso como por defecto. Uno puede sentirse mal cuando ama pero también cuando le falta el amor. Cuando amamos a una persona, se puede sufrir por la aparición de los celos, pero no amar a nadie para no sentir celos, también puede ser doloroso.
En apariencia, sabemos lo que queremos a nivel emocional y sin embargo, no siempre lo logramos.  ¿Por qué se me repiten los  mismos problemas con el amor,  el trabajo, la familia o los amigos?
El psicoanálisis ha descubierto que lo que queremos conscientemente, a veces, no coincide con lo que deseamos inconscientemente.

DIFICIL DE ACEPTAR. Tanto lo  que tenemos  como lo que nos falta en la vida, es producto de  nuestros deseos inconscientes.
Pero ¿cómo voy a querer o a desear a una persona que me hace daño? ¿Por qué continuo en un trabajo dónde me explotan? ¿Por qué las personas que mas quiero son las que peor me tratan? ¿Por qué siempre me engañan o me traicionan las personas que quiero?

La respuesta está en uno mismo. Por increíble que parezca, todos tenemos necesidades  que son del orden del dolor, del masoquismo, del sadismo y de la perversión, las cuales, pueden llegar a convertirse en una forma de vivir.
Las relaciones tortuosas a medio y largo plazo y que nos producen dolor, pueden crearnos hábito y dependencia emocional hacia la persona que nos lo inflige. Es una drogodependencia emocional que aún haciéndonos daño, la necesitamos para vivir.

MUY IMPORTANTE. El dolor, el amor, el sadismo, el masoquismo, el odio, la venganza, los celos y los deseos sexuales perversos e insatisfechos pueden  convertirse en  una forma de vivir para muchas personas.
 CASO CLÍNICO. Acude a consulta una pareja de 49  y 45 años de edad. Dicen querer separarse tras llevar más de 18 años de convivencia. Su vida matrimonial y de pareja ha sido un infierno. Se han peleado y separado varias veces pero una fuerza poderosa y extraña les lleva a unirse de nuevo. La última vez, él la agredió físicamente a ella, tuvieron un juicio rápido y a él se le prohibió la cercanía al hogar. Dos días después su mujer lo llamaba para que volviera a pesar de la orden policial existente. Tras un mes de luna de miel, vuelven a agredirse y esta vez, ella lo denuncia por violación. Vuelven a juzgarlo a él y esta vez lo encarcelan. Al mes y medio, ella retira toda denuncia y cargos contra él para que le suelten de la cárcel. El Juez, cansado de tanta neurosis, pide una valoración psicológica que pone al descubierto la existencia de una relación de pareja sadomasoquista. El hombre proyectaba sobre su mujer la relación amor odio que tuvo con su madre y la mujer proyectaba la relación amor odio que vivió con su padre. Tras dos años de tratamiento, han encontrado nuevas formas de goce que no tienen que ver ni con el sadismo ni con el masoquismo.

¿Quién no ha sentido odio y rencor por una persona querida y no poder separarse de ella?
¿Has sentido alguna vez culpa por desear a otras personas que se hallaban comprometidas?
¿Quién no sueña con lograr una mejor posición económica aunque para ello tenga que traicionar sus ideales o creencias?
¿Cuántas veces has sentido culpa por desear el mal a una persona?
¿Cuántas veces hubieras dado rienda suelta a todos tus deseos y pasiones sexuales si tu moral reprimida no te lo hubiera impedido?
Las personas tenemos deseos y necesidades afectivas, emocionales y sexuales que nos gustaría satisfacer pero las silenciamos por vergüenza, ya que nuestra moral, nuestra ideología personal o familiar nunca la aceptaría.
Los conflictos entre la moral y ciertos deseos inconscientes, son causa de la mayoría de los trastornos mentales. En la  depresión, el trastorno obsesivo, la ansiedad, los ataques de angustia, la impotencia,  la frigidez, la eyaculación precoz, la bulimia, la anorexia, etc,  encontramos un conflicto emocional o sexual inconsciente con la moral sin resolver.
El yo -la conciencia-, se halla entre  el mundo de la realidad y el mundo interior inconsciente. Estamos sometidos constantemente a tentaciones que ponen a prueba la fortaleza de nuestra moral y de nuestra ética. A veces sucumbimos a nuestras tentaciones y otras veces las reprimimos. Sin embargo, todo lo reprimido permanece latente en el inconsciente pudiendo retornar de manera inesperada en la conciencia y provocar conflicto y malestar.
De ahí que muchas de las actuaciones o formas de comportamiento del ser humano, son conductas de evitación para no tener el conflicto que producen la aparición de sentimientos, deseos y afectos contrarios a nuestra educación y a nuestra moral y ética.

CASO CLÍNICO. Mujer muy guapa de cara, de 28 años pero bastante obesa. Sufre de ataques de angustia y ansiedad que la hacen desmayarse en público y acudir a urgencias. No puede dejar de comer. Ha intentado varias veces ponerse a régimen y cada vez que logra llegar a su peso ideal, le aparece un estado de nerviosismo que la lleva de nuevo a engordar. El caso fue diagnosticado de histeria. Esta mujer, cada vez que adelgazaba provocaba auténticas pasiones entre los hombres de su trabajo y ella se daba cuenta pero no quería verlo porque se le despertaban  ciertos deseos sexuales intolerables para su conciencia que le hacían rechazar de manera inconsciente su estado actual de belleza. La única manera de no llamar la atención de los hombres era engordando y deformándose, pero aún así, no podía evitar la aparición de deseos sexuales que le producían un verdadero conflicto moral en su conciencia, cuya represión se manifestaba en ataques de angustia y ansiedad.

CASO CLÍNICO. Joven de 18 años, hijo único con dependencia emocional  a una madre rígida y desapego a un padre insignificante. Presenta fracaso escolar y desde hace unos meses, miedos, angustia, ansiedad que al psicoanalista le hace pensar en un terror virginal a las mujeres aún deseándolas. El psicoanálisis descubre la existencia de un Complejo de Edipo (enamoramiento hacia la madre). Cada vez que aparecían los ataques de angustia, al padre le echaban de su cama y el hijo ocupaba su puesto junto a la madre. El joven reconoció que la cercanía del cuerpo de la madre le despertaba “cierto picor genital “. La madre padecía de una neurosis donde negaba inconscientemente que su hijo había crecido y seguía dándole un trato infantil. Para no herir sus sentimientos, de manera sutil y cuidadosa se le aconsejó que no se volvieran a meter en la cama al hijo a pesar de que este se angustiara. Actualmente el joven está más tranquilo y va aprobando alguna asignatura.


CASO CLÍNICO. Santi y Pepa, ambos casados con sus respectivas parejas, se conocieron hace un año en la misma empresa. En el breve espacio de un mes, se desarrolló una intensa amistad que llamó poderosamente la atención a sus compañeros de departamento. De la noche a la mañana comenzaron a llevarse mal y a discutir hasta el punto que fueron separados por el mal rollo que producían. La Jefa de Recursos Humanos, psicóloga y con formación psicoanalítica pudo darse cuenta (por una experiencia personal similar)  que entre Santi y  Pepa  se habían  despertado de unos sentimientos y una pasión desaforada que ninguno de los dos toleró y al ver la posibilidad de una cercana satisfacción, para no caer en la tentación de una infidelidad conyugal,  tuvieron que poner freno a sus sentimientos a través de la pelea y la discusión. Pero la Jefa de Recursos Humanos sabe que aunque se lleven mal y estén separados por varios biombos, se siguen deseando.


INCREIBLE, PERO CIERTO. Si te llevas demasiado bien con una persona y la relación se tuerce repentinamente hasta acabar en discusión o pelea puede ser debido a la aparición entre vosotros de deseos amorosos o sexuales intolerables para la moral y la conciencia.


A TENER EN CUENTA. Muchos casos de mobbing,  lo que esconden es una pasión amorosa o sexual que se desarrolla inconscientemente  entre las personas y a su vez se reprime de la conciencia por ser contraria a la moral de la persona.


CASO CLÍNICO. Importante Empresa Nacional. Empleada deprimida y de baja desde hace varios meses. Acusa de mobbing a su Jefe, hombre austero, seco, distante y de pocas palabras. Él reconoce que ella le pone nervioso y ella reconoce que él la pone nerviosa. Ambos son dos nerviosos. Cada vez que se juntan para trabajar, saltan chispas. Tras dos meses de couching emocional con él, se descubre la existencia de un deseo sexual inconsciente de carácter sádico que le despierta su empleada cuando ésta muestra su carácter infantil y rebelde. La empleada refiere haber sufrido el carácter violento y machista de su padre muerto hace dos años. A pesar del trato recibido, le quería y  su muerte le ocasionó una profunda melancolía no superada actualmente.  Mediante un complejo mecanismo de identificación, desplazamiento y proyección, la empleada puso a su Jefe en el lugar del padre muerto, de manera que volvieron a activarse en ella la ambivalencia de sus sentimientos hacia su padre: amor y odio.
El carácter de su Jefe se le hacía intolerable ya que lo amaba por recordarle al padre muerto pero a su vez lo odiaba porque despertaba en ella un sentimiento de amor prohibido. El caso del “supuesto mobbing “se resolvió cuando ella pronunció la frase: “no te vayas a creer que estoy enamorada de mi Jefe (o sea, de mi padre)“