domingo, 27 de junio de 2010

EL DOLOR DE LOS CELOS

Los celos, los podemos considerar como uno de los sentimientos que más dolor y malestar producen a quien lo padecen. Es un sentimiento que lo tienen todas las personas y tiene su fundamento en el sentimiento de propiedad sobre el otro. Los celos se desencadenan ante la pérdida de la persona querida o ante la fantasía de no interesar lo suficiente a esa persona y la posibilidad de ser sustituido por un tercero. Los celos tienen tres variantes, que son los celos normales, los proyectados y los paranoicos. Los normales perturban pero no hasta el punto de producir serias alteraciones en la personalidad. Puede despertarse el sentimiento de venganza según el grado de neurosis asociada a los celos. Las personas dependientes e inseguras, suelen vivir más intensamente los celos y pueden responder con venganza hacia la persona querida o hacia el rival desencadenante de los celos. Los celos proyectados son aquellos donde una persona acusa a la otra de infidelidad, pero realmente, la que acusa es la que desearía ser infiel pero por una cuestión de moralidad, no lo acepta y acusa a la otra persona de algo que le gustaría hacer a ella. Y los celos paranoicos, se dan mayormente en los hombres y tiene que ver con sentimientos homosexuales que el hombre no acepta que tiene hacia otros hombres- objeto de su paranoia- y a los que imagina en relación con su mujer. Realmente es a él a quien le gustaría tener esas relaciones con los hombres pero nunca lo va a aceptar y acusa paranoicamente a la mujer de mantener relaciones con los hombres con quienes a él le gustaría acostarse. Los celos, son tortuosos, dolorosos y alteran mucho el estado de ánimo. La mejor solución para comprender, manejar y controlar el mecanismo de los celos, es el psicoanalisis.

domingo, 13 de junio de 2010

CUANDO EL PACIENTE NO SE QUIERE CURAR

Para la medicina y el psicoanálisis, la enfermedad o el trastorno mental sigue siendo objeto de estudio, desde el punto de vista de la resistencia que tienen ciertos pacientes a curarse. Con frecuencia, nos encontramos pacientes con depresión, ansiedad, angustia, problemas de pareja, fobia, obsesiones etc., que acuden a consulta y cuando comienzan a mejorar, abandonan el tratamiento bajo la excusa del tiempo o del dinero. En todos estos pacientes, encontramos un nexo en común: anteriormente a acudir a tratamiento, su enfermedad formaba parte de sus vidas e incluso se podía ver que tras la enfermedad mental, había un uso de la misma, con beneficios secundarios. No será la primera vez ni la última, que una madre retira a su hijo del tratamiento ante su mejora por temor a que le retiren la pequeña paga que recibe del Estado. Tras un trastorno depresivo, es fácil encontrar que la persona “ chantajea afectivamente “ a las personas de su alrededor, pues “ gracias a su enfermedad “ ha conseguido una legión de personas que lo sirven, le apoyan, le miman y que si mejora perdería todos estos “ privilegios”. Cierta angustia del ama de casa que aumenta según va llegando la noche, guarda relación con el rechazo sexual que sienten hacia su marido. La angustia es un arma perfecta para evitar las relaciones sexuales, por lo tanto, mientras siga teniendo angustia y ansiedad, evitará todo acercamiento a aquello que rechaza. Es decir, que el psicoanálisis con otras terapias es efectivo con aquellas personas que quieren curarse. El que no quiere curarse por temor a perder los beneficios secundarias de su enfermedad, harán el “ teatro de quererse curar” pero rechazarán la curación antes que perder las ventajas que les proporciona su enfermedad. Como ya dijo Freud: lo más caro en la vida es la tonteria y la enfermedad.

lunes, 7 de junio de 2010

LA IMPOTENCIA PSIQUICA

Una de las causas más frecuentes de consulta es la llamada impotencia psíquica. La padecen hombres jóvenes y adultos y los síntomas van asociados a una falta de respuesta en o durante la erección que impide la consumación del acto sexual. Estos hombres suelen tener una naturaleza libidinosa normal o intensa y a pesar de tener una excitación sexual reconocida a llevar a cabo el acto sexual, el órgano genital no responde a dicho estímulo psicológico. El primer dato que nos llama la atención en este tipo de casos, es que el hombre reconoce que dicho fallo se produce con una persona determinada, no sucediéndola así con otras. El psicoanálisis viene a descubrir que ciertas características de la mujer producen en el hombre lo que podemos llamar inhibición de la potencia sexual. Suelen comenzar con un primer " fallo casual " que suele sumir al hombre en un estado de angustia ante la idea de que se vuelva a repetir en un segundo intento. Cuando el estado de angustia avanza, puede producir en el hombre un estado de tensión emocional tan grande que le hace ir predispuesto a que vuelva a suceder dicho fallo en la erección. Al final, el estado de angustia, llega a ser más preocupante porque acaba produciendo la disfunción eréctil. Un estudio en profundidad sobre la psiquis del hombre, permite relacionar las causas psíquicas que produce dicha perturbación en su ánimo sexual. El tratamiento para la impotencia psíquica suele durar un par de meses, con una media de dos encuentros semanales de psicoterapia, siempre que los síntomas sean de recién aparición. Si no, este tipo de tratamientos suelen durar entre seis meses y un año, produciendo efectos benéficos duraderos sobre la sexualidad y una mejora en la calidad de las relaciones sexuales.