domingo, 21 de febrero de 2010

PSICOANALISIS DE LA DEPRESION

Hay algo dentro del trastorno depresivo que desorienta a los especialista y es la falta de interés por vivir en la persona depresiva. Me refiero a los casos auténtico de depresión, no las llamadas depresiones histéricas o pseudodepresiones que tienen mas que ver con conseguir beneficios secundarios de “ su depresión ”. La depresión propiamente dicha, es un trastorno que tiene más que ver con el deseo que con el estado de ánimo. Ya que la falta de deseo por las apetencias normales de la vida, desencadenan en una apatía emocional y afectiva que encubre la verdadera causa de la depresión: la falta de deseo por vivir. El depresivo se queja de no tener fuerzas para nada. Ha perdido el interés por todo aquello que anteriormente le interesaba. Ahora, el único interés que tiene, es por él mismo. Se halla atrapado en sí mismo y todas sus fuerzas han sido secuestradas por una parte de sí mismo, que él desconoce. Podemos decir que la causa de su depresión es el rechazo a enfrentarse a aspectos de su vida sobre los cuales se avecinan acontecimientos que no puede controlar y que se le imponen ( muerte de seres queridos, vejez, pérdidas de relaciones etc…). El depresivo, al no querer saber nada de la vida, no quiere saber nada del futuro y busca encerrarse dentro de su mundo interior, como si en esa intención detuviera lo único que no se puede detener: el incontrolable paso del tiempo. El sabe de esta verdad y no lo asume, ni asume su incapacidad para controlar lo que no puede. En vez de aceptar, rechaza. En vez de organizar, abandona. Existe un miedo verdadero que le hace no querer ver y no querer avanzar, porque le horroriza lo que está por venir y a lo cual no se quiere enfrentar. ¿ cobardía o falta de decisión?. La terapia psicoanalítica, lo que hace es rescatar al paciente de sí mismo y aportarle una manera diferente de ver y organizar su futuro.

domingo, 14 de febrero de 2010

SINDROME DE HIPERACTIVIDAD EN NIÑOS

En el último año he visto a diez niños que venían diagnosticados y medicados con el síndrome de hiperactividad por sus pediatras. Las edades oscilaban entre los 4 los 10 años. Los padres decidieron consultar a un especialista porque la idea de medicar a sus hijos no les parecía muy normal. Los resultados de la terapia psicoanalítica donde se trató al menor y se acompañó de unas pautas de actuación para los padres fue cien por cien efectiva en un periodo de duración que se extendió entre 2 y 6 meses. Los niños que venían medicados se les retiró la medicación y se mantienen en observación una vez al mes para valorar la efectividad del tratamiento. En todos los casos se detectó una serie de alteraciones en el comportamiento y en la personalidad que tenía que ver con una inmadurez o aceleración en el desarrollo psicoemocional y/o psicosexual del menor. Una vez evaluado y trabajado los aspectos inconscientes de dicha afectación, los menores comenzaron su mejoría. Así mismo, en jóvenes púberes que comienzan a acercarse a la adolescencia y que presentan una conducta antisocial, se detectaron igualmente rasgos de inmadurez o aceleración en su desarrollo psíquico. Se tratan igualmente con terapia psicoanalítica acompañando de unas pautas directivas a los padres y todos ellos logran una mejoría inmediata desde la primera sesión de tratamiento, logrando mejoras definitivas entre seis meses y un año de tratamiento. Actualmente, el tratamiento más efectivo para el síndrome de hiperactividad y conducta antisocial y sin riesgos para la salud de los menores, es la terapia psicoanalítica

sábado, 6 de febrero de 2010

DEPRESIONES FALSAS

En primer lugar tenemos que diferenciar una depresión verdadera de una falsa depresión. La mayoría de las llamadas depresiones, son falsas. Lo que sucede es que ante un estado de tristeza, médicos o psicólogos que no tienen mucha experiencia en el campo de la salud mental, diagnostican de depresión lo que es una característica normal de la personalidad. Porque hay personas tristes que ya lo eran en la adolescencia y en la edad adulta. Lo que ocurre es que con los años, al acentuarse su estado de tristeza, suelen diagnosticarlos de depresión. Y ¿ en qué se diferencia una depresión falsa de una depresión verdadera? En que la persona con depresión quiere curarse pero la persona con falsa depresión no quiere curarse porque en el fondo, ella sabe que lo suyo no es una enfermedad, sino una forma de ser de su personalidad.
Para las depresiones la terapia más efectiva es el psicoanálisis. Con psicoanálisis se curan el cien por cien de los casos. Incluso depresiones de años, pueden curarse en menos de seis meses si se siguen las indicaciones terapéuticas del tratamiento psicoanalítico. Y el porcentaje de personas que recaen es prácticamente nulo. La persona que viene medicada, acaba dejando la medicación y con sus propios medios, acaban resolviendo el conflicto emocional consigo misma que tuvo y que la llevó a la depresión, porque el origen de la depresión es un conflicto de emociones mantenidas durante años que se hallan reprimidas hasta que afloran a la superficie y la persona entra en caos consigo misma. El psicoanálisis pone claridad y orden al desorden emocional y afectivo que tiene el depresivo. De ahí su enorme efectividad. Y si una persona que dice tener depresión no muestra interés por curarse, hay que sospechar que sea una falsa depresión.