domingo, 16 de noviembre de 2008

Depresion y Divorcio

Un tercio de las personas que sufren depresión, se acaban divorciando. Los síntomas se caracterizan por apatía, desinterés por la pareja, falta de ilusión por la convivencia, ausencia de emociones, indiferencia, tristeza generalizada y carencia de relaciones sexuales. Estos síntomas se van sumando poco a poco. Por norma general, lo primero que se pierde es el interés por las relaciones sexuales y se comienza a rechazar el contacto con el otro. La falta de interés por hablar suele ser la segunda manifestación. Comienza a fallar la comunicación y se cae en una situación de desinterés ante los problemas de la casa, a la persona le da todo igual y no tiene ningún tipo de entusiasmo por lo que le rodea. Los hijos, el trabajo e incluso la familia, pasan a un segundo plano, y la persona se encierra cada vez más en sí misma, sin saber el por qué de lo que le está sucediendo. En esta situación, lo normal es que la convivencia falle y esa falta de interés generalizado por la pareja o el matrimonio, acaba siendo la causa del planteamiento de la separación.
La respuesta ante la misma, suele ser también indiferente, porque si algo desea la persona deprimida es estar sola y cuanto menos acompañada se halle mejor. Circunstancia por la cual, facilita la ruptura del matrimonio, sin oposición previa a la misma.
Un 80% de las persona divorciadas por depresión tienen una predisposición mayor a desarrollar una enfermedad psicosomática: úlcera, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, problemas cardiovasculares y cáncer.
En estas circunstancias, lo aconsejable es comenzar un tratamiento psicoanalítico, porque una vez que la persona cae dentro de esta espiral, cada vez la cuesta mas salir. En definitiva, el psicoanálisis alivia en gran manera el sufrimiento.

ERRORES EN EL DIAGNOSTICO

En la práctica médica, es fácil confundir ciertos trastornos mentales, sobre todo cuando NO SE HA ESTUDIADO el concepto de personalidad. Determinados síntomas físicos, enmascaran problemas de personalidad. Por ejemplo, una dolencia cardiaca, digestiva o muscular, puede estar encubriendo un trastorno depresivo. Algunas personas son diagnosticadas de esquizofrenia, cuando realmente son neuróticos obsesivos y las voces que dicen escuchar, no dejan de ser más que sus propios pensamientos. Podemos ver, por ejemplo, que ciertas fobias o miedos, tienen un origen infantil. La procedencia de este tipo de síntomas es desconocida por los propios médicos y hasta psiquiatras, de manera que un diagnóstico equivocado, puede etiquetar a un paciente de manera equivocada toda su vida. El ultimo paciente que llegó a mi consulta hace 4 meses, se trataba de un hombre joven de 27 años, diagnosticado y tratado de esquizofrenia. Desde la primera entrevista, me di cuenta que padecía de un trastorno obsesivo de la personalidad y que las voces que decía oír, no dejaban de ser más que sus propios pensamientos disfrazados bajo unaS voces, que realmente escondían sus deseos agresivos hacia la figura de la madre y la hermana. Al ser diagnosticado erróneamente, ha hecho que este hombre pierda el trabajo y viva como un zombi debido a la cantidad de medicación que está tomando. Otro paciente, diagnosticado de depresión, correspondían a un patrón de histeria- enfermedad que consiste en desviar todos los pensamientos hacia el cuerpo- de manera que este hombre padecía de muchos síntomas orgánicos, junto a un escaso interés por vivir. Lo que a este hombre le ocurría realmente, es que le estaba costando separarse de sus padres, con los que tenía una fuerte relación afectiva, de manera que al enfermarse, tenía la excusa perfecta para no irse nunca de la casa de los mismos.
El psicoanálisis viene a dar un alivio al alma de las personas que sufren. Muchos médicos no entienden a este tipo de pacientes, porque en el fondo, son encubridores, es decir, una cosa es lo que muestran y otra cosa es lo que les pasa realmente. ¿ qué ocurre.? Que cuando te diagnostican mal, puedes vivir como lo que no eres. Vivir como un loco, cuando no lo eres, o vivir con ansiedad cuando lo que padeces es un miedo a la sexualidad.